El alza de tarifas golpea el bolsillo familiar: Agua, luz, transporte y gas pesan más en el presupuesto doméstico


Desde diciembre de 2023 hasta abril del corriente, las familias argentinas han visto cómo una porción cada vez mayor de sus ingresos se destina al pago de servicios básicos, como agua, luz, transporte y gas, debido a la eliminación de subsidios. Este incremento ha sido significativo, duplicando el porcentaje del salario destinado a estos servicios esenciales en un lapso de apenas cuatro meses.

La promesa gubernamental de que el ajuste sería asumido por la política no parece cumplirse, ya que el peso de las tarifas de servicios públicos ha aumentado drásticamente en relación con los ingresos familiares promedio durante este período.

En diciembre, una familia típica con un ingreso mensual de $500 mil pesos destinaba el 10% de sus ingresos, unos $50 mil, al pago de servicios básicos. Sin embargo, en la actualidad, con un supuesto aumento salarial del 50% que llevó el ingreso a $750 mil pesos, el costo de estos mismos servicios se ha elevado a casi $150 mil pesos, representando el 20% del nuevo salario.

Este aumento se refleja en el detalle de cada servicio. Por ejemplo, el costo de la electricidad ha triplicado en solo unos meses, mientras que el transporte público también ha experimentado un fuerte aumento, particularmente para aquellos que dependen de múltiples viajes diarios. El precio del gas ha duplicado, y se espera un nuevo incremento con la liberación de precios.

Además, el costo del agua potable ha aumentado más del 60% en los últimos meses, ejerciendo una presión adicional sobre los presupuestos familiares.

Este aumento en las tarifas de servicios esenciales ha tenido un impacto directo en el poder adquisitivo de las familias argentinas. La rápida caída en el poder de compra del salario, con una inflación que ha superado ampliamente los incrementos salariales, ha llevado a una disminución significativa en el nivel de vida de la población.

Los datos oficiales muestran una tendencia preocupante en el consumo, con una fuerte caída en las ventas de supermercados y un deterioro en el nivel de vida de la población en general.

Este escenario refleja una realidad en la que las familias argentinas están viendo cómo una parte cada vez mayor de sus ingresos se destina a cubrir gastos básicos, dejando menos recursos disponibles para otros bienes y servicios, y afectando directamente su calidad de vida. Primera Edición