Las nuevas disposiciones obligan a los alumnos a mantener los dispositivos apagados durante toda la jornada, con excepciones únicamente por emergencias médicas o necesidades pedagógicas certificadas.
Un número creciente de estados en Estados Unidos ha aprobado restricciones estrictas sobre el uso de teléfonos celulares en escuelas públicas, una medida que impacta a millones de estudiantes desde el inicio del ciclo escolar 2025-2026. El objetivo, según autoridades educativas, es mejorar el rendimiento académico y atender preocupaciones vinculadas a la salud mental, de acuerdo con informes de AP News, Reuters y el Rockefeller Institute of Government.
Al menos 20 estados —entre ellos Nueva York, Virginia, Arkansas y California— formalizaron prohibiciones que abarcan todo el horario de clases e incluso la permanencia en el recinto educativo. La normativa exige que los dispositivos permanezcan apagados y guardados, con excepciones estrictamente reservadas para emergencias, situaciones médicas documentadas o necesidades pedagógicas avaladas.
¿Cómo se aplican las restricciones?
Cada distrito cuenta con autonomía para implementar los mecanismos de control. Algunas escuelas optaron por casilleros especiales, bolsas individuales de bloqueo o depósitos supervisados al ingreso. En Nueva York, por ejemplo, las autoridades dispusieron que los establecimientos garanticen al menos una vía de contacto entre las familias y los alumnos en casos urgentes.
El gobernador de Virginia, Glenn Youngkin, defendió la medida como una “iniciativa para mejorar la atención de los alumnos y responder a inquietudes crecientes sobre salud mental”. En tanto, la gobernadora de Oregón, Tina Kotek, aseguró que la prohibición busca “fortalecer la seguridad, el enfoque y el bienestar escolar”.
Los estados que ya avanzaron
Según el Rockefeller Institute, los estados con políticas de restricción total incluyen Nueva York, Virginia, Arkansas y California, mientras que Florida, Louisiana, Minnesota, Ohio y Carolina del Sur avanzan con marcos propios o en fase de desarrollo. En Minnesota y Ohio, la ley obliga a que todos los distritos elaboren sus reglamentos internos antes de mediados de 2025 y 2026, respectivamente.
En Puerto Rico, en tanto, la normativa local exige que cada escuela defina una política específica antes de 2026.
Los argumentos detrás de la prohibición
La discusión sobre celulares en las aulas se intensificó tras la pandemia de COVID-19, cuando aumentó la preocupación por la dependencia tecnológica y sus efectos en la concentración, la socialización y el clima escolar. Estudios citados por Reuters muestran que los estudiantes pasan en promedio más de una hora diaria usando sus teléfonos durante las clases, lo que incide en la atención y favorece el acoso escolar en línea.
“El pedido vino directamente de familias y docentes, cansados de que los dispositivos interrumpan la dinámica educativa”, explicó Julia Casey, docente en Misuri, en declaraciones a ABC News.
Reacciones y desafíos
Las asociaciones de padres y sindicatos docentes respaldaron las nuevas medidas, aunque algunos sectores estudiantiles y organizaciones civiles reclaman mayor flexibilidad en casos excepcionales. El Departamento de Educación de Estados Unidos, por su parte, mantiene una postura de respeto a la autonomía de estados y distritos en la toma de decisiones.
El comisionado de Educación de Kansas, Randy Watson, señaló que en los distritos donde ya rige la política “de campana a campana” se observan más alumnos concentrados, menos casos de acoso y un mejor clima académico.
El impacto esperado
Las restricciones obligan a reorganizar rutinas y protocolos en millones de escuelas públicas, desde la gestión de emergencias hasta la atención de estudiantes con necesidades especiales. Autoridades estatales anticipan que la implementación seguirá ajustándose en los próximos años a medida que se evalúen resultados y se midan efectos en la dinámica escolar.

