1. El hilo ininterrumpido de la sucesión apostólica
Desde aquel humilde pescador de Galilea hasta el pastor que hoy preside la Iglesia, la fe se ha transmitido de generación en generación a través de la figura del Papa. Recordar algunos nombres de esa larga cadena aviva nuestra conciencia de pertenecer a una historia mayor que nosotros:
Los diez primeros Papas (siglos I–II)
San Pedro († c. 64)
San Lino
San Anacleto — o Cleto
San Clemente I
San Evaristo
San Alejandro I
San Sixto I
San Telesforo
San Higinio
San Pío I
Los cinco últimos Papas (siglos XX–XXI)
San Juan Pablo I (1978)
San Juan Pablo II (1978-2005)
Benedicto XVI (2005-2013)
Francisco (2013-2025)
León XIV
Nombrarlos nos recuerda que el ministerio petrino no es un honor personal, sino un servicio continuo al Pueblo de Dios, “principio y fundamento perpetuo y visible de unidad” (cf. Lumen gentium 23).
2. El corazón de la Jornada
En el Día del Papa la Iglesia:
Medita sobre el ministerio del Romano Pontífice, hoy confiado a León XIV, Vicario de Cristo y Pastor universal con plena potestad para confirmar en la fe a sus hermanos.
Ora por él, siguiendo el ejemplo de la primera comunidad que “oraba insistentemente a Dios por Pedro” cuando estaba en prisión (Hch 12,5).
Ofrece sus limosnas al Óbolo de San Pedro, para que el Papa pueda atender emergencias, sostener a Iglesias necesitadas y promover obras de evangelización y caridad.
3. “Presidir en la caridad”
San Ignacio de Antioquía describía a la Iglesia de Roma como la que “preside en la caridad”. Al rezar y colaborar hoy con León XIV, pedimos que esa caridad siga uniendo a obispos y fieles, y que cada uno de nosotros, como los primeros cristianos, viva firmemente arraigado en el amor que “todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta” (1 Co 13,7).
Que esta solemnidad de los apóstoles colme de gracia al Sucesor de Pedro y a toda la Iglesia, y renueve en nosotros el compromiso de ser testigos del Evangelio en palabras y obras.