Hoy es el día del Papa


El 29 de junio, cuando la liturgia conmemora a los santos apóstoles Pedro y Pablo, la Iglesia universal celebra el Día del Papa y promueve la tradicional colecta del Óbolo de San Pedro, una práctica de solidaridad nacida ya en los primeros siglos del cristianismo para sostener la misión caritativa del Sucesor de Pedro.

1. El hilo ininterrumpido de la sucesión apostólica

Desde aquel humilde pescador de Galilea hasta el pastor que hoy preside la Iglesia, la fe se ha transmitido de generación en generación a través de la figura del Papa. Recordar algunos nombres de esa larga cadena aviva nuestra conciencia de pertenecer a una historia mayor que nosotros:

  • Los diez primeros Papas (siglos I–II)

    1. San Pedro († c. 64)

    2. San Lino

    3. San Anacleto — o Cleto

    4. San Clemente I

    5. San Evaristo

    6. San Alejandro I

    7. San Sixto I

    8. San Telesforo

    9. San Higinio

    10. San Pío I

  • Los cinco últimos Papas (siglos XX–XXI)

    • San Juan Pablo I (1978)

    • San Juan Pablo II (1978-2005)

    • Benedicto XVI (2005-2013)

    • Francisco (2013-2025)

    • León XIV

Nombrarlos nos recuerda que el ministerio petrino no es un honor personal, sino un servicio continuo al Pueblo de Dios, “principio y fundamento perpetuo y visible de unidad” (cf. Lumen gentium 23).

2. El corazón de la Jornada

En el Día del Papa la Iglesia:

  1. Medita sobre el ministerio del Romano Pontífice, hoy confiado a León XIV, Vicario de Cristo y Pastor universal con plena potestad para confirmar en la fe a sus hermanos.

  2. Ora por él, siguiendo el ejemplo de la primera comunidad que “oraba insistentemente a Dios por Pedro” cuando estaba en prisión (Hch 12,5).

  3. Ofrece sus limosnas al Óbolo de San Pedro, para que el Papa pueda atender emergencias, sostener a Iglesias necesitadas y promover obras de evangelización y caridad.

3. “Presidir en la caridad”

San Ignacio de Antioquía describía a la Iglesia de Roma como la que “preside en la caridad”. Al rezar y colaborar hoy con León XIV, pedimos que esa caridad siga uniendo a obispos y fieles, y que cada uno de nosotros, como los primeros cristianos, viva firmemente arraigado en el amor que “todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta” (1 Co 13,7).

Que esta solemnidad de los apóstoles colme de gracia al Sucesor de Pedro y a toda la Iglesia, y renueve en nosotros el compromiso de ser testigos del Evangelio en palabras y obras.