La semana pasada la Organización Panamericana de la Salud advirtió del crecimiento de casos en Sudamérica y el miércoles pasado se comunicó la muerte de una beba en Misiones por esta enfermedad. Expertos explican qué sucederá en los próximos meses.
La Argentina viene de una temporada récord de casos de dengue y cantidad de personas fallecidas por esta enfermedad. Y de no mediar un cambio rotundo en las políticas sanitarias públicas y la práctica efectiva que cada persona también puede hacer para combatir al mosquito Aedes aegypti, transmisor de este virus, podríamos repetir o aumentar las cifras de infectados y fallecidos.
El dengue superó los 132.000 casos en 2023, además de los registrados al final de 2022. Y también se contabilizaron 66 fallecidos, según cifras oficiales publicadas por el Ministerio de Salud de la Nación.
La autoridad sanitaria publica semanalmente el Boletín Epidemiológico Nacional (BEN), el cual admite en su última notificación que “el brote epidemiológico de dengue del año 2023 es el mayor registrado tanto en magnitud como persistencia en comparación con los brotes epidemiológicos de las temporadas 2015/2016 y 2019/2020″. Y confirma que durante las últimas 4 semanas persiste la notificación de casos autóctonos y en investigación en las provincias de la región del NEA, donde los contagios ya superan las 1000 personas.
A nivel regional, en 2023 se batió un lamentable récord en la región de las Américas: se registró la mayor cantidad de casos confirmados de personas con el dengue. Entre los 46 países y territorios que notifican, 43 tuvieron casos de dengue se reportaron 4.150.724 casos confirmados desde enero pasado, según publicó la semana pasada la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Esto significa el mayor número de casos en un año que se haya registrado desde 1980. Del total de casos, 6.622 se reportaron como graves. Se informaron 2.025 muertes por dengue.
Durante más de cuatro décadas, la enfermedad fue creciendo en su impacto en más países, con más casos y más muertes. En 1990 fueron tan solo 27 países con 158.000 enfermos por dengue en un año. Este año, como se mencionó, son más de 4,1 millones.
“Este año es el año en el que hemos visto más dengue en la historia”, explicó la doctora Thais dos Santos, asesora en vigilancia y control de enfermedades arbovirales de la OPS y señaló que las enfermedades transmitidas por vectores, especialmente las transmitidas por mosquitos nos proporcionan un muy buen centinela de lo que está sucediendo con el cambio climático”.
El saneamiento deficiente y la falta de sistemas de salud sólidos han contribuido a un aumento de los casos, pero los expertos dicen que las sequías y las inundaciones relacionadas con el cambio climático están provocando una mayor transmisión del virus, y el agua almacenada y las fuertes lluvias atraen a los mosquitos.
“Estas infecciones son un síntoma de algunas grandes tendencias subyacentes que están sucediendo en el mundo. El cambio climático es aparentemente tan difícil de abordar, y ahora muchos países se están urbanizando, que puedo ver que el dengue y otras enfermedades se vuelven cada vez más frecuentes y cada vez más complejas de tratar”, precisó esta semana el doctor Jeremy Farrar, científico jefe de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
A principios de noviembre la OMS había notificado más de 4,5 millones de casos de dengue en todo el mundo y más de 4.000 muertes en 80 países. Por lo que Farrar cree que este año se podría superar un récord mundial establecido en 2019 de 5,2 millones de casos. “El dengue es algo que preocupa cada vez más a las Américas, pero ahora es casi un fenómeno global”, afirmó.
Gabriela Paz-Bailey, jefa de la rama de dengue de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EEUU (CDC) en Puerto Rico, señaló que las temperaturas más altas también están ampliando el hábitat del mosquito y ayudando a que el virus se desarrolle más rápido dentro del mosquito, lo que lleva a cargas virales más altas y mayor probabilidad de transmisión.