En el seno del kirchnerismo, la tensión ha alcanzado un nuevo pico con acusaciones y recriminaciones que apuntan directamente a Axel Kicillof y Jorge Ferraresi. La agrupación liderada por Máximo Kirchner, La Cámpora, ha elevado sus críticas hacia el gobernador bonaerense, acusándolo de respaldar a dirigentes críticos como Ferraresi, quien recientemente generó controversia al excluir a la intendenta Mayra Mendoza de un evento en Quilmes.
Este conflicto territorial ha exacerbado las divisiones internas, alimentando temores de una posible fractura dentro del peronismo en la provincia de Buenos Aires, un bastión clave para el futuro electoral del movimiento. En tanto, desde La Plata se niegan las acusaciones, argumentando que las disputas deben resolverse localmente sin implicar al gobernador como mediador.
Con la situación interna en un estado de anarquía perceptible, los líderes del kirchnerismo no han logrado imponer una calma, evidenciando una falta de liderazgo capaz de unificar las diferencias. En este contexto de confrontación abierta, las miradas se dirigen hacia las próximas elecciones como el único camino para dilucidar el curso político del movimiento.
El kirchnerismo atraviesa así una fase de intensas disputas internas, donde cada sector parece dispuesto a defender su posición con firmeza, dejando en evidencia las dificultades para mantener la cohesión que caracterizó al movimiento en otras épocas. Infobae