Inundaciones, evacuaciones y la suspensión del transporte público marcaron la jornada festiva
La ciudad de Corrientes atraviesa una Navidad atípica y marcada por una fuerte emergencia climática. Un intenso temporal descargó en pocas horas más de 250 milímetros de lluvia y elevó el acumulado de los últimos días a alrededor de 550 milímetros, provocando inundaciones generalizadas, evacuaciones de vecinos y la suspensión total del servicio de colectivos urbanos.
Lejos de las habituales celebraciones y encuentros familiares, la capital correntina amaneció este jueves bajo lluvias de una intensidad poco frecuente. Según reportes oficiales, se cumplió la alerta naranja emitida por los organismos meteorológicos y, pasadas las 7 de la mañana, un núcleo de tormentas de gran magnitud se abatió sobre la ciudad. En apenas dos horas cayeron cerca de 200 milímetros de agua, superando ampliamente la capacidad del sistema de drenaje urbano.
Con el transcurso de la jornada, las precipitaciones continuaron y el registro superó los 250 milímetros diarios. Esta situación se agravó al sumarse a los más de 300 milímetros acumulados entre el domingo y el lunes, lo que explica el nivel de colapso que presenta gran parte de la ciudad.
Las consecuencias del temporal se hicieron sentir en numerosos barrios, donde calles y avenidas quedaron intransitables y muchas viviendas resultaron anegadas. Varias familias debieron evacuar o autoevacuarse para resguardar su seguridad, mientras intentaban salvar pertenencias en medio del avance del agua. La combinación de lluvias persistentes y desagües colapsados configuró un escenario crítico que se intensificó con el correr de las horas.
Transporte público suspendido
El impacto del temporal también afectó de lleno al transporte urbano. Desde la mañana de este jueves, el servicio de colectivos fue interrumpido debido al estado de las calles y a las condiciones de seguridad, lo que complicó la movilidad de miles de vecinos, especialmente de quienes necesitaban trasladarse por trabajo o para asistir a familiares afectados por las inundaciones.
En paralelo, las redes sociales se convirtieron en un registro en tiempo real de la emergencia. Fotos y videos difundidos desde distintos puntos de la ciudad muestran casas rodeadas de agua, familias desplazándose por calles convertidas en verdaderos arroyos y vehículos parcialmente sumergidos. En muchos de los testimonios se repite una misma sensación: preocupación, angustia e incertidumbre ante la evolución del clima.
Frente a este panorama, las autoridades municipales y provinciales mantienen un monitoreo permanente de las zonas más comprometidas y reiteran a la población la necesidad de extremar las precauciones. Recomiendan evitar circular por áreas inundadas, no intentar cruzar calles con correntadas fuertes y mantenerse informados a través de los canales oficiales.
Así, en una fecha tradicionalmente asociada a la celebración y el encuentro, Corrientes vive una Navidad diferente, atravesada por la emergencia climática, el desborde de los desagües y la preocupación de miles de familias que aguardan una mejora en las condiciones meteorológicas.

