Racing y River se enfrentarán esta tarde desde las 18 en el estadio de Rosario Central, en un cruce de cuartos de final de la Copa Argentina que promete emociones fuertes y mucho en juego. El partido será transmitido por TyC Sports y, en caso de empate, se definirá por penales. El ganador se medirá en semifinales ante Independiente Rivadavia de Mendoza.
El encuentro no solo tiene el condimento deportivo, sino también un trasfondo emocional: Maximiliano Salas volverá a enfrentarse a Racing, su exclub, tras la polémica salida en el último mercado de pases por la cláusula de rescisión. La hinchada académica lo recibirá con hostilidad, mientras que en River, pese a algunos reproches por su reciente expulsión contra Riestra, esperan que aporte la intensidad que lo caracteriza.
El duelo aparece como un partido límite para ambos, pero especialmente para River. El equipo de Marcelo Gallardo llega golpeado, con cuatro derrotas consecutivas y crecientes cuestionamientos hacia su entrenador. Una eliminación podría profundizar la crisis futbolística que atraviesa el club de Núñez.
Por su parte, Racing, bajo la conducción de Gustavo Costas, mantiene la mira puesta en la Copa Libertadores —donde es el único sobreviviente argentino—, aunque no quiere descuidar esta competencia. El técnico esperará hasta último momento por la recuperación de Santiago Solari, mientras que Marcos Rojo se perfila como titular en la zaga junto a Franco Pardo.
River, en tanto, presentará modificaciones obligadas y estratégicas. Enzo Pérez seguirá ausente por la lesión en la rodilla sufrida ante Palmeiras, mientras que Gallardo dispondrá los regresos de Gonzalo Montiel y Lautaro Rivero en la defensa. En el mediocampo, Ignacio Fernández reemplazaría al colombiano Kevin Castaño, resistido por los hinchas, mientras que en la delantera podría ingresar Facundo Colidio en lugar de Miguel Borja, de flojo presente.
El duelo entre Costas y Gallardo también será un choque de estilos y necesidades. Con dos equipos bajo presión y un protagonista como Salas en el centro de la escena, Rosario se prepara para una noche de Copa Argentina que puede dejar heridas profundas o encender ilusiones.