Este martes, en una demostración masiva de rechazo, las universidades de todo el país se unen en una movilización histórica en defensa de la educación pública. Desde las entrañas de Buenos Aires hasta los confines de Misiones, estudiantes, docentes y no docentes alzan su voz contra los recortes presupuestarios impuestos por el Gobierno Nacional, que amenazan el funcionamiento mismo de las instituciones académicas.
En la provincia de Misiones, la Universidad Nacional de Misiones (UNaM) lidera el frente de esta lucha, convocando a diversas actividades en un día de protesta cargado de significado. Desde la capital, Posadas, hasta las ciudades de Oberá y Eldorado, el clamor por un presupuesto justo resuena con fuerza. La concentración frente a la Facultad de Humanidades en Posadas marca el punto de partida de una jornada que promete ser histórica. Simultáneamente, en Oberá y Eldorado, se realizarán marchas en las sedes de las facultades, uniendo a toda la comunidad universitaria en un solo grito de resistencia.
Pero la voz de la protesta no se limita a las fronteras de Misiones. En la emblemática Plaza Houssay de Buenos Aires, la Marcha Federal Universitaria toma forma, congregando a miles de personas decididas a defender la educación pública desde su corazón mismo. Desde allí, el trayecto hacia la Plaza Congreso y, finalmente, la Plaza de Mayo, se convierte en un símbolo de la determinación de los manifestantes por hacer escuchar sus reclamos frente a las puertas del poder político.
No están solos en esta lucha. Además de las universidades públicas, instituciones privadas como la UADE, la Torcuato Di Tella y San Andrés se suman al clamor por un presupuesto justo. Los gremios docentes y sindicatos, como la CGT, también se hacen eco de la convocatoria, demostrando que esta causa trasciende las fronteras de lo académico para convertirse en una lucha de todo un pueblo por su derecho a una educación digna.
El reclamo es claro y urgente. Las universidades del país enfrentan una crisis financiera sin precedentes debido a los recortes presupuestarios. Esta situación pone en riesgo el funcionamiento de áreas vitales de las instituciones y afecta directamente a estudiantes, docentes y no docentes por igual.
En Misiones, la UNaM alberga a más de 27 mil estudiantes, brindando no solo educación, sino también servicios esenciales como becas de comedor, albergues y fotocopias. Sin embargo, el presupuesto insuficiente amenaza con privar a miles de jóvenes del acceso a estos servicios básicos. La asignación de partidas que no se ajustan a las necesidades reales de las universidades es un golpe directo a la calidad de la educación y al bienestar de toda una comunidad estudiantil.
Es hora de que el Gobierno de Javier Milei escuche el clamor de un pueblo educado y consciente de sus derechos. La educación no es un gasto, es una inversión en el futuro de nuestro país. La comunidad universitaria se levanta hoy, más unida y decidida que nunca, para exigir un presupuesto justo y digno para la educación pública. Porque mientras haya un solo estudiante privado de su derecho a aprender, la lucha continuará.