Cómo proteger a las mascotas del estrés por la pirotecnia


En estas Fiestas, veterinarios advierten sobre los efectos del ruido de fuegos artificiales en perros y gatos, y brindan recomendaciones para prevenir ansiedad, estrés y accidentes. La consigna: celebrar con responsabilidad y sin estruendos.

Cada diciembre, los ruidos fuertes de la pirotecnia afectan gravemente a las mascotas. Perros y gatos pueden experimentar temblores, salivación excesiva, intentos de huir e incluso agresión, poniendo en riesgo su seguridad y la de las personas que los rodean.

El médico veterinario Juan Pablo Luzuriaga señaló que Posadas es uno de los pocos municipios del país con normativa que prohíbe la pirotecnia sonora, medida que protege tanto a animales como a personas. “El daño que generan los fuegos artificiales afecta enormemente a perros, gatos y también a personas. Hace falta mayor conciencia social y respeto por estas normas”, afirmó.

Cómo afecta el ruido a las mascotas

Los ruidos fuertes pueden provocar ansiedad severa: temblores, salivación excesiva y conductas de escape, que a menudo derivan en accidentes dentro y fuera del hogar. Luzuriaga advierte que los sedantes tradicionales, como las antiguas “gotitas calmantes”, están contraindicados. “Solo relajan de forma superficial, sin reducir el estrés real, y pueden agravar el desequilibrio”, explicó.

Medidas preventivas

Entre las estrategias recomendadas se encuentran:

  • Crear un espacio tranquilo dentro del hogar.
  • Evitar sacar a los animales durante los momentos de mayor ruido.
  • Acompañar con música suave para reducir estímulos externos.
  • Usar feromonas, disponibles en difusores o sprays, que generan sensación de seguridad y no presentan contraindicaciones.

Para animales con antecedentes de ansiedad severa, existen tratamientos farmacológicos específicos indicados por veterinarios, iniciados tres o cuatro días antes de las celebraciones y ajustados de manera progresiva para reducir la ansiedad sin sedación completa.

Conciencia social y responsabilidad

Los animales sufren más que los humanos por su sensibilidad auditiva y la percepción de vibraciones, lo que eleva los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Esto puede provocar temblores, convulsiones y comportamientos peligrosos.

Luzuriaga remarcó que, aunque la concientización y la normativa han reducido los casos graves, todavía ocurren situaciones prevenibles. Además, los ruidos fuertes también afectan a personas con condiciones especiales, como veteranos de guerra o personas con autismo.

El mensaje final es claro: unas fiestas sin pirotecnia protegen a las mascotas y garantizan bienestar, seguridad y tranquilidad para toda la comunidad. Celebrar con responsabilidad es un acto de empatía que beneficia a todos.