Cómo lavar los abrigos y chaquetas en casa


Por fin parece que el invierno ha llegado para quedarse. Y con él, los abrigos y chaquetas más calentitos que tenemos en nuestro armario. Llevamos este tipo de prendas cada día, pero en muchas ocasiones pasamos años y años sin realizar un lavado correcto. Quizá a veces el motivo es que pensamos que muchas de estas prendas no se pueden meter a la lavadora. Pero nada más lejos de la realidad. Actualmente, la gran mayoría son lavables, solo hay que fijarse en la etiqueta que las acompaña, ya que no es lo mismo lavar un plumas que un abrigo de paño.

Controla el ciclo del lavarropas

No todos los abrigos son iguales ni todos los tejidos se lavan de la misma forma. Por eso es fundamental que comprobemos las etiquetas de cada artículo. Si en ella aparece la indicación de «lavar en seco» tendremos que acudir a la tintorería. Pero si por el contrario aparecen los grados, podremos meter el abrigo a la lavadora respetando la temperatura indicada.

Los abrigos de lana, por ejemplo, no deben superar en el programa de la lavadora los 30 grados. Además, es aconsejable seleccionar un programa para ropa delicada. Del mismo modo debemos actuar con los plumas incluyendo, al final del lavado, su secado en la secadora para que recupere su forma natural. Así lo asegura también María Ángeles Larza, Supervisora de la empresa Urban Clean, tintorería y lavandería a domicilio: «Con agua fría, poco detergente, sin suavizante, un centrifugado medio y dos o tres pelotas tamaño tenis dentro del tambor». Además, si metemos el abrigo en la lavadora, la mejor opción es colgarlo en cuanto termine el lavado y siempre optando por una percha en lugar de unas pinzas, para que no coja formas y, tanto la solapa como la parte de los hombros, queden en perfecto estado.

Por su parte, los abrigos de paño también tienen sus propios cuidados: «Con una balleta húmeda, agua y amoniaco o en la lavadora, centrifugado mínimo y agua fría», asegura Larza.

¿Y si hay que lavar en seco?

Como comentábamos antes, no todos los abrigos ni chaquetas pueden lavarse en la lavadora. El cuero o el ante son dos materiales muy porosos que, si quieres que duren mucho tiempo intactos, debes intentar que no se mojen. Pero lo cierto es que se trata de prendas de entretiempo que acostumbramos a lucir durante la primavera o el otoño y por tanto, se usan con camisetas de manga corta o tirantes debajo. Esto hace que los forros de este tipo de chaquetas deban limpiarse con regularidad, ya que acumulan bacterias y mal olor.

Para ello, lo ideal es mezclar agua con un detergente líquido neutro y humedecer un paño con ello. Después debemos pasar este paño por todo el forro, frotando con más ímpetu en la zona de las axilas y los puños.

Si el cuero tuviera alguna mancha, Rosa Garalva, Youtuber experta en limpieza y cuidado para el hogar, aconseja «frotar con un cepillo especial con agua micelar, retirando el exceso de producto».

El secado

Controla el ciclo de la lavadora

No todos los abrigos son iguales ni todos los tejidos se lavan de la misma forma. Por eso es fundamental que comprobemos las etiquetas de cada artículo. Si en ella aparece la indicación de «lavar en seco» tendremos que acudir a la tintorería. Pero si por el contrario aparecen los grados, podremos meter el abrigo a la lavadora respetando la temperatura indicada.

Los abrigos de lana, por ejemplo, no deben superar en el programa de la lavadora los 30 grados. Además, es aconsejable seleccionar un programa para ropa delicada. Del mismo modo debemos actuar con los plumas incluyendo, al final del lavado, su secado en la secadora para que recupere su forma natural. Así lo asegura también María Ángeles Larza, Supervisora de la empresa Urban Clean, tintorería y lavandería a domicilio: «Con agua fría, poco detergente, sin suavizante, un centrifugado medio y dos o tres pelotas tamaño tenis dentro del tambor». Además, si metemos el abrigo en la lavadora, la mejor opción es colgarlo en cuanto termine el lavado y siempre optando por una percha en lugar de unas pinzas, para que no coja formas y, tanto la solapa como la parte de los hombros, queden en perfecto estado.

Por su parte, los abrigos de paño también tienen sus propios cuidados: «Con una balleta húmeda, agua y amoniaco o en la lavadora, centrifugado mínimo y agua fría», asegura Larza.

¿Y si hay que lavar en seco?

Como comentábamos antes, no todos los abrigos ni chaquetas pueden lavarse en la lavadora. El cuero o el ante son dos materiales muy porosos que, si quieres que duren mucho tiempo intactos, debes intentar que no se mojen. Pero lo cierto es que se trata de prendas de entretiempo que acostumbramos a lucir durante la primavera o el otoño y por tanto, se usan con camisetas de manga corta o tirantes debajo. Esto hace que los forros de este tipo de chaquetas deban limpiarse con regularidad, ya que acumulan bacterias y mal olor.

Para ello, lo ideal es mezclar agua con un detergente líquido neutro y humedecer un paño con ello. Después debemos pasar este paño por todo el forro, frotando con más ímpetu en la zona de las axilas y los puños.

Si el cuero tuviera alguna mancha, Rosa Garalva, Youtuber experta en limpieza y cuidado para el hogar, aconseja «frotar con un cepillo especial con agua micelar, retirando el exceso de producto».

El secado

Meter la chaqueta en la secadora es posible. Pero siempre siguiendo algunos trucos para que la prenda no se deforme: Uno de ellos es poner en la secadora de cuatro a seis pelotas de tenis o comprar bolas de secado específicas para ayudar a ahuecar la prenda. Es probable que haga un poco de ruido pero el resultado es espectacular. Además, debemos seleccionar una intensidad de calor baja y, si es necesario, programar varios ciclos para que quede completamente seca. Esto es preferible a usar una temperatura más alta que pueda dañar la tela del abrigo o deformarlo. «Debemos programar la secadora a baja temperatura y dejando libre un 40% de su capacidad», opina Larza.

Fuente: ABC España


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