El triple crimen de Brenda, Lara y Morena alerta sobre el riesgo de las jóvenes vulnerables
En lo que va del año, 109 mujeres fueron asesinadas en Argentina, y al menos nueve de estos femicidios ocurrieron en contexto de narcocriminalidad, mientras que dos estuvieron vinculados al trabajo sexual o la trata de personas, según datos del monitoreo de La Casa del Encuentro. Esto representa aproximadamente un 8,5% de los casos registrados entre enero y mayo de 2025.
Hasta agosto, los femicidios en contextos ligados al narcotráfico alcanzaban los 12 casos, cifra que aumentó con el reciente triple crimen de Morena Verdi (20), Brenda Del Castillo (20) y Lara Gutiérrez (15) en Florencio Varela. Con estas muertes, ya son 15 los femicidios de este tipo en lo que va del año, evidenciando la exposición particular de las jóvenes al crimen organizado.
“El triple crimen no es un caso aislado: casi una de cada diez mujeres asesinadas por ser mujeres sufre la violencia del narcotráfico y de organizaciones criminales, que actúan con ensañamiento sobre adolescentes y jóvenes”, señaló Ada Rico, presidenta de La Casa del Encuentro.
Los femicidios suelen ocurrir en el hogar y ser perpetrados por parejas o ex parejas, aunque muchas víctimas son asesinadas en espacios públicos, como la calle o locales de esparcimiento. Según el Observatorio de La Casa del Encuentro, el cierre de la Agencia Télam ha dificultado la visibilización de algunos crímenes, dejando incompleto el monitoreo de la sociedad civil.
El triple crimen de Florencio Varela se descubrió el miércoles tras la desaparición de las jóvenes el viernes anterior. La investigación está a cargo de la UFI Descentralizada N°2 de La Matanza. Las chicas habrían sido invitadas a una fiesta desde una estación de servicio en La Tablada y luego trasladadas a una casa donde fueron torturadas, asesinadas e intentaron calcinar sus cuerpos. Cuatro personas fueron detenidas en relación al hecho.
Según la antropóloga Rita Segato, este tipo de crímenes muestran un ensañamiento característico del crimen organizado: “El agresor que se apropia del cuerpo femenino en un espacio público lo hace para demostrar poder y dominar a la víctima, en contraste con la violencia doméstica, donde el control ya existe”.
Las familias de Brenda, Morena y Lara participaron de movilizaciones en La Tablada, La Matanza, La Plata y la Ciudad de Buenos Aires para exigir justicia bajo la consigna “Ni Una Menos, Vivas Nos Queremos”.
Rico agregó que los femicidios en contexto de narcocriminalidad evidencian desigualdades estructurales: “La vulnerabilidad social y de género de las víctimas es aprovechada por organizaciones mafiosas, y su invisibilización contribuye a la impunidad”.
Los casos recientes subrayan la persistencia de la violencia contra mujeres y adolescentes, particularmente en contextos donde el narcotráfico actúa sin control. La naturalización de estos crímenes y la falta de políticas efectivas de prevención mantienen a muchas mujeres expuestas a riesgos extremos, mientras la sociedad y los familiares reclaman justicia y protección.