Como cada viernes, la directora de Cáritas Diocesana Lic. Minerva Gamarra visitó los estudios de Radio TupaMbaé para hablar sobre el trabajo que vienen realizando.
En esta oportunidad presentó por medio de un testimonio del Padre «Beto» Barros, cómo Cáritas trabaja en los penales de Posadas. «En el caso de la Unidad Penal 5 de Mujeres, muchas de las reclusas hacen artesanías, amigurumis (muñequitos con lana), velas artesanales, carpetitas, almohadones, que Cáritas recibe para venderlas en la parroquia Sagrada Familia» de Posadas.
El dinero recaudado, «es entregado en la unidad penal, para que los familiares de las reclusas puedan comprarles a sus seres queridos, que están detenidos, lo que necesiten. O también, el dinero de esas ventas, sirve para ayudar a la familia, a los hijos de mujeres que están detenidas y que están en situaciones difíciles».
Además, la licenciada también presentó un testimonio en el cual da cuenta del «hermoso trabajo que hacen en Santa Rita” donde Cáritas asiste a «aproximadamente 100 familias, brindándoles ayuda de alimentos, ropa y acompañamiento. Ya que en muchas ocasiones las familias que se acercan, necesitan que escuchen su historia de vida».
Caridad y solidaridad: El Camino hacia la Esperanza en los penales
Lo que Cáritas realiza en las unidades penales, en particular en la Unidad de Resguardo de Itaembe Iguazú y en la Unidad Penal N°5 de Mujeres, es un ejemplo de solidaridad y humanidad en acción, en donde se esfuerza por brindar apoyo espiritual y emocional a las personas detenidas, recordándoles que no están solas y que siempre hay un camino hacia la esperanza y la redención.
«Es un trabajo muy hermoso y que me pone muy contenta de poder hacer», expresó la Licenciada Minerva Gamarra, al presentar el testimonio del Padre Alberto Barros quien compartió su experiencia en el trabajo que Cáritas realiza en las unidades penales de Posadas.
Al respecto el Padre Beto especificó: “Hace algunos años, por diversas circunstancias tuvimos la posibilidad desde Cáritas diocesana de acercarnos a personas privadas de su libertad, tanto varones como mujeres, alojadas en dependencias del servicio penitenciario provincial y en otros casos en comisarías dependientes de la policía de la provincia.
Desde Cáritas intentamos acompañar estas situaciones desde el Evangelio, desde un acto de fe en Jesucristo que nos dice: estuve preso y ustedes me vinieron a ver y me ayudaron, cuando lo hicieron con estos mis hermanos más pequeños, en el contexto del texto de Mateo 25. Queremos contemplar a Jesús en esa persona, independientemente de la situación judicial que haya llevado a ese lugar, a esta persona, a la otra.
Lo nuestro no es ponernos a juzgar qué hizo una persona o qué no hizo. A nosotros nos importa mirar desde la fe y ver que ahí, hay una persona. Como decimos siempre, alguien puede estar privado de su libertad, pero nunca de su dignidad. Siempre seguimos siendo seres humanos, con un corazón, con sus alegrías, con sus tristezas, sus esperanzas, sus angustias.
De modo particular, descubrimos que, en los lugares de detención, la inmensa mayoría de la gente detenida proviene de situaciones de mucha pobreza, de marginalidad, de muchas heridas, de falta de acceso a la educación, al trabajo, ambientes de contención afectiva adecuados. Muchas circunstancias que ponen a la persona en situaciones muy difíciles frente a la vida.
Y en el caso de las mujeres, muchas situaciones de dolor, desde niñas, abusos, violencia familiar, violencia de género. Hay historias muy complejas, muy difíciles. Qué lindo mirarlas desde la fe, para no caer en las estigmatizaciones que después son muy comunes en nuestra sociedad. Cuánta gente expresa cosas como estas: ´que se pudran en la cárcel, que se mueran en la cárcel´.
Una persona en la cárcel está para rehabilitarse, para reparar y para hacer un camino de reinserción social, familiar, laboral. Ningún ser humano puede ser descartado, ningún ser humano puede ser tirado. Todo ser humano tiene la posibilidad de reencausar su vida y reinsertarse buenamente luego de purgar una pena. Desde ese pensamiento, desde Cáritas de diocesana, acompañamos diversas unidades penales, particularmente la Unidad Penal N°5 de Mujeres, de la cual soy su capellán, y la División Resguardo de Detenidas que está en Itaembe Guazú, que depende de la policía de la provincia.
Ayer precisamente estuvimos en la División Resguardo de Detenidas. Aprovecho para agradecer al personal policial femenino que siempre nos recibe con mucha amabilidad, con mucha hospitalidad y nos permite estas visitas, compartir el diálogo, la oración, tener contacto con las familias, ayudar económicamente a las familias, a las personas que están detenidas con elementos de higiene, con mercadería, con un montón de cosas que no podrían acceder sin una ayuda externa y como decía la inmensa mayoría de las personas detenidas, llamativamente son pobres. Es raro ver en nuestras cárceles gente poderosa gente adinerada y es raro, pero es así, de hecho, es así.
Y son gente que necesita mucho donde las familias no pueden, en general, darles una mano, en cuanto a mercadería, elementos de higiene porque son familias pobres. Entonces desde Cáritas tratamos de cubrir esas situaciones, tratamos de fomentar en ellas la esperanza, el deseo de una reinserción real.
Fomentamos que mientras una persona está detenida, aprenda, termine su secundario, su primaria, aprenda oficios, aprenda a hacer todo lo que pueda y que le venga bien para el día de mañana, reinsertarse y sanando heridas, corrigiendo situaciones difíciles. En fin, los procesos son muy complejos, pero muy posibles. Hacer de la cárcel un lugar que sea camino para la reinserción”.
Sobre este tema, Gamarra indicó que eso, «es lo que anhelamos desde Cáritas, que estas mujeres que están privadas de su libertad, hoy tengan un futuro mejor. Ellas van a cumplir una condena, van a salir a la sociedad. Son mujeres pobres, que no terminaron la escuela primaria, que sufrieron violencia durante toda su vida, que no conocen otra forma de relacionarse que no sea desde la violencia, porque tienen heridas que duelen mucho y nuestra gran misión desde Cáritas, es poder acompañarlas desde el amor».
Actualmente, «muchas mujeres que están en la Unidad Penal N.º 5 están trabajando y están creciendo en lo que hacen. Allí realizan hermosos trabajos de amigurumis. Ellas comenzaron con cosas muy pequeñitas y fueron creciendo, mejorando», precisó Gamarra.
El Trabajo de las mujeres de la Unidad Penal 5: La Transformación a través de la Creatividad.
Sobre el trabajo que realizan las mujeres de esta Unidad Penal, el Padre «Beto» Barros puntualizó: “En cuanto a lo laboral, en el caso de la Unidad Penal 5 de Mujeres, muchas de ellas hacen artesanías, amigurumis, es decir, muñequitos con lana, velas artesanales, carpetitas, almohadones. Todo eso y agradecemos la confianza de estas hermanas nuestras que están detenidas. Nos piden que se los vendamos, lo hacemos sobre todo en la parroquia Sagrada Familia, donde la comunidad tiene un ejercicio de comprensión muy fuerte de estas situaciones y de mucha caridad.
Estos trabajos se venden con un precio mayor al de mercado, bastante mayor y ese dinero se entrega en la unidad penal para que después los familiares con ese dinero puedan comprarles a sus seres queridos que están detenidos lo que necesiten o también a veces para ayudar a la misma familia, a los hijos de mujeres que están detenidas, que están en situaciones difíciles, que puedan tener también algún ingresito para la leche o a veces una zapatilla.
Esa es nuestra colaboración que pasa desde la caridad por ayudar con el aporte de lo que necesitan en cuanto a elementos materiales, acompañar afectivamente, acompañar espiritualmente y desde la fe tener la certeza de que hay un Dios que ama infinitamente a cada ser humano, independientemente de lo que le haya pasado en la vida, sabiendo que todos seres humanos, todos, tenemos siempre una nueva oportunidad en la vida.
El Papa Francisco hace una reflexión muy linda cuando visita unidades penales, cuando él visita un país, siempre va a un barrio muy pobre, a un centro de salud y a una unidad penal, para recordar que Jesús está presente ahí, donde está la pobreza, donde están los enfermos, donde están las personas detenidas, como decía el Evangelio, tuve hambre, tuve sed, estuve desnudo, sin techo, preso, enfermo y ustedes me socorrieron en lo más pequeños.
Y el Papa dice, cuando uno mira a una persona detenida tendría que preguntarse: ¿y por qué no yo? Yo también puedo terminar en un lugar carcelario. No lo sé. ¿Por qué yo no? Y cuando uno se pone en esa situación puede comprender mucho mejor lo que pasa también en el corazón de una persona privada de su libertad, que debe purgar un delito, pero siempre con una nueva posibilidad”
El Papa convoca para el 27 de octubre una Jornada de Oración y Ayuno por la Paz
«Hoy», recordó Gamarra, «el Papa Francisco nos convoca a una jornada de oración, ayuno y penitencia por la paz, en un momento en el que tanto a nivel nacional como global enfrentamos desafíos económicos, políticos y sociales sin precedentes. Mientras el mundo se ve sacudido por conflictos, atentados y violaciones de los derechos humanos, se hace evidente la necesidad de un llamado a la reflexión y a la acción».
«Esta iniciativa del Papa nos invita a dedicar este viernes a la oración, no solo por la paz en nuestro país, sino también por la paz en el mundo. La oración, con su poder para conectarnos con lo divino, se convierte en un faro de esperanza en tiempos tumultuosos», subrayó.
Y amplió que «por este motivo, Francisco nos insta a unir nuestras voces y elevar nuestras plegarias por la paz, por Argentina y por aquellos que, en espíritu de generosidad, asisten desde Cáritas».
Cáritas Santa Rita: Un Compromiso Inquebrantable con la Comunidad
Por otra parte Gamarra destacó «el trabajo ejemplar que realiza Cáritas de la parroquia Santa Rita, cuyos esfuerzos merecen reconocimiento y oración por parte de la comunidad». En este sentido presentó el siguiente testimonio en la voz de Mónica, quien asiste a los más necesitados desde Cáritas Santa Rita de la parroquia de Posadas.
«Soy Mónica, y comencé trabajando en la comunidad como ministra a la Eucaristía. Cuando terminé ese servicio, el Padre Marcelo, que era el párroco de ese momento, me invitó a trabajar en Cáritas. Desde ese momento trabajo como tesorera. Y actualmente trabajo con seis señoras y nuestra coordinadora que se llama Carmen.
Ya llevo como 10 años integrando este grupo de mujeres solidarias, donde nuestro principal objetivo es aportar algo de ayuda a las personas de la comunidad que más lo necesitan. Nosotras atendemos aproximadamente 100 familias los martes por la tarde, y le brindamos ayuda de alimentos, ropa y acompañamiento, ya que muchas ocasiones las familias que se acercan necesitan que escuchen su historia de vida.
Le queremos agradecer a todas las personas que acercan sus donaciones y principalmente a los devotos de Santa Rita por colaborar con donaciones y queremos recordarle que cuando donan ropas que estén limpias y en buen estado para su uso».
Por último, la directora de Cáritas Diocesana, Lic. Minerva Gamarra concluyó la entrevista recordándonos la importancia de la caridad y la solidaridad, citando el pasaje de Mateo 25 como guía espiritual y agradeció el espacio brindado y la atención constante a sus esfuerzos. Es un trabajo muy hermoso que nos pone muy contentos, de poder hacer».