Tras dos días de intenso recorrido, los biciperegrinos llegaron el domingo a la Basílica de Nuestra Señora de Itatí, culminando su tradicional manifestación de fe, esfuerzo y devoción. La llegada de los ciclistas estuvo marcada por la emoción, los aplausos de los fieles y las oraciones que acompañaron cada paso del último tramo de la peregrinación.
Vecinos y devotos esperaron el arribo de los peregrinos con cantos y muestras de apoyo, convirtiendo la ruta final en un escenario de fervor colectivo. Cada pedalada representó un pedido, un agradecimiento o una intención personal, reflejando la profunda devoción hacia la Virgen de Itatí.
Frente al templo, los peregrinos de la 45ª edición, agradecieron por el camino recorrido y renovaron su compromiso de fe. La jornada dejó imágenes cargadas de emoción: lágrimas, abrazos y sonrisas que, año tras año, repiten esta tradicional expresión de piedad popular.
La iniciativa de los biciperegrinos, que combinó esfuerzo físico y espiritualidad, se consolidó como una de las manifestaciones más emblemáticas de la región, atrayendo a participantes y espectadores de distintas provincias.