Arranca la cosecha gruesa y el Gobierno espera los dólares para duplicar el superávit comercial


El movimiento en el puerto de Rosario marca el comienzo de una etapa crucial para la economía argentina: la temporada de cosecha gruesa. En los últimos tres días, cerca de 12,185 camiones han ingresado cargados de granos para exportación, señalando el inicio de la actividad agrícola en su fase más significativa. Este flujo de camiones, si bien no implica un ingreso inmediato de dólares al mercado, representa el inicio del ciclo que podría ayudar al Gobierno a aliviar el cepo cambiario.

A pesar de las expectativas iniciales de récords de producción, la actual campaña no alcanzará tales niveles, aunque se proyecta entre las mejores de los últimos años. Se estima que este año el superávit comercial alcance unos USD 24,000 millones, duplicando la cifra del año anterior, en parte debido a una reducción en las importaciones y al crecimiento en otros sectores como el energético.

Sin embargo, las recientes tormentas han generado demoras en la cosecha, afectando especialmente al maíz y en menor medida al girasol. Según datos de la Bolsa de Comercio de Rosario, apenas se ha recolectado el 5.7% de la producción prevista de maíz, con un avance un 18% menor que el año anterior. Además, la aparición de enfermedades como el corn stunt ha generado preocupación, anticipando posibles pérdidas en la producción. Mientras tanto, la cosecha de girasol avanza a un ritmo más lento que el año pasado.

En cuanto a la soja, aún no se disponen de métricas concretas, pero se espera que contribuya significativamente a los ingresos de divisas. A pesar de que las estimaciones de exportación son alentadoras, los precios internacionales han experimentado una considerable caída con respecto al año pasado, lo que podría afectar los ingresos totales del país.

La estabilidad cambiaria y el aumento de la inflación han afectado la atracción del dólar «blend» entre los productores. Aunque algunos anticipan una unificación cambiaria en el segundo semestre, aún persisten dudas sobre si los productores optarán por retener sus granos en lugar de venderlos, ante la posibilidad de un cambio repentino en el tipo de cambio.

A pesar de estos desafíos, se espera un ingreso significativo de dólares en los próximos meses, lo que beneficiaría al Banco Central y aliviaría las necesidades financieras de los productores después de un año marcado por la sequía. Aunque los exportadores reclaman por condiciones más favorables en el tipo de cambio, las perspectivas indican que los dólares ingresarán al sistema, lo que podría representar un impulso importante para la economía nacional.