Este fin de semana se disputa el Gran Premio de Brasil 2025 en el circuito de Interlagos, uno de los grandes clásicos de la Fórmula 1. El piloto argentino Franco Colapinto vuelve a la acción con una misión especial: demostrar que merece el sitio que ya ha asegurado como piloto titular de Alpine para 2026.
Colapinto llega a Brasil tras haber recibido la confirmación de su contrato con el equipo galo, lo que le proporciona tranquilidad para terminar la presente temporada. El joven piloto de 21 años deberá lidiar con las tradicionalmente complicadas condiciones meteorológicas de Interlagos, donde la lluvia suele ser protagonista en estas fechas.
El caótico 2003: lluvia, accidentes y una victoria controvertida
Veintidos años atrás, el Gran Premio de Brasil 2003 quedó grabado en la memoria de los aficionados como una de las carreras más caóticas de la historia de la Fórmula 1. La carrera, disputada el 6 de abril de 2003, fue completamente dominada por la lluvia y los accidentes espectaculares.
Desde el inicio, las fuertes precipitaciones sobre Interlagos convirtieron la pista en un verdadero desafío para los pilotos. La curva conocida como «Subida do Lago» se transformó en una trampa letal, con charcos profundos que provocaban aquaplaning y dificultaba enormemente el control de los monoplazas. La carrera comenzó más tarde de lo previsto debido a la gravedad de las condiciones meteorológicas.
Fernando Alonso, quien ese año corría para el equipo Renault, logró salir décimo pero ascendió rápidamente en la clasificación. El españolito demostraba su talento incluso en esas primeras fases de su carrera, remontando posiciones entre los pilotos más experimentados. Sin embargo, el destino tenía un giro inesperado reservado para él.
El punto de quiebre llegó cuando el piloto australiano Mark Webber perdió el control de su Jaguar en la curva problemática, chocando contra el muro y generando un accidente devastador. Webber fue proyectado contra las protecciones del otro lado de la pista, en un impacto de considerable magnitud.
La confusión sobre el ganador
La carrera fue detenida en la vuelta 56, cuando aún faltaban quince vueltas para completar el circuito programado de 71 vueltas. Lo que sucedió después fue un auténtico caos administrativo. Giancarlo Fisichella, piloto de Jordan, estaba liderando la carrera cuando se declaró la bandera roja. Sin embargo, fue Kimi Räikkönen de McLaren quien inicialmente fue declarado ganador por los comisarios.
La confusión surgió porque la FIA consideraba que debía tomarse la clasificación dos vueltas antes de la detención de la carrera, lo que tecnicamente le daba la victoria al finlandés. La ceremonia del podio se realizó sin el tercer clasificado: Fernando Alonso había sido enviado al hospital para recibir atención médica tras los accidentes.
Rubens Barrichello, quien estaba corriendo para Ferrari y había salido primero en la clasificación, abandonó la carrera tempranamente, mientras que Michael Schumacher también dejó sin puntos al equipo italiano.
El giro de tuerca final
Pocos días después de la carrera, luego de revisar exhaustivamente los registros, la FIA determinó que Giancarlo Fisichella era el verdadero ganador. El piloto de Jordan ya se encontraba en la vuelta 56 cuando ocurrió el accidente de Alonso, lo que significa que había completado más vueltas que Räikkönen bajo la clasificación de banderas rojas. Kimi perdió dos puntos en el campeonato como resultado de esta corrección, mientras que Fisichella recibió su premio en la siguiente carrera de manos del mismo Räikkönen.
La controversia de 2003 dejó cicatrices en la historia de la F1. Al finalizar ese año, Michael Schumacher se coronó campeón mundial, con Räikkönen como subcampeón, separados únicamente por dos puntos en una temporada donde cada punto fue crucial.

