En el marco del Jubileo de la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén, el papa León XIV recibió este jueves a caballeros y damas de la institución en el Aula Pablo VI del Vaticano. En su mensaje, el pontífice los alentó a continuar siendo “guardianes del Sepulcro de Cristo”, animándolos a hacerlo “con la confianza de la espera, con el celo de la caridad y con el impulso gozoso de la esperanza”.
El Santo Padre recordó que la Orden Ecuestre nació para custodiar el Santo Sepulcro, acompañar a los peregrinos y sostener a la Iglesia de Jerusalén. “Aún hoy lo siguen haciendo con humildad, dedicación y espíritu de sacrificio, dando un testimonio constante de fe y solidaridad hacia los cristianos que viven en los Lugares Santos”, destacó.
“No se trata solo de preservar un patrimonio histórico”
León XIV subrayó la importancia del compromiso concreto de la Orden con las comunidades de Tierra Santa, especialmente a través del apoyo al Patriarcado Latino de Jerusalén en actividades educativas, médicas y humanitarias.
“Cuidar el Sepulcro de Cristo no significa simplemente preservar un patrimonio histórico, arqueológico o artístico, sino apoyar una Iglesia hecha de piedras vivas, que nació en torno a él y sigue viva hoy como signo auténtico de la esperanza pascual”, afirmó el pontífice.
Tres dimensiones de la esperanza
En el contexto del Jubileo de la Esperanza, el Papa invitó a los presentes a reflexionar sobre tres dimensiones fundamentales: la espera confiada, el rostro del servicio y el impulso gozoso de la esperanza.
La espera confiada
La primera dimensión, explicó León XIV, es la de renovar la fe en un Dios que cumple sus promesas. “En un mundo donde la arrogancia y la violencia parecen prevalecer sobre la caridad, están llamados a dar testimonio de que la vida vence a la muerte, el amor al odio y el perdón a la venganza”, señaló.
“Que su guarnición en los Lugares Santos sea una guarnición de fe”, exhortó, invitando a los miembros de la Orden a alimentar su vida espiritual mediante los sacramentos, la escucha de la Palabra y la oración.
El rostro del servicio
La segunda dimensión, continuó, está inspirada en las mujeres que acudieron al sepulcro para ungir el cuerpo de Jesús. El Papa agradeció la obra solidaria de la Orden: “Gracias a su labor, se devuelve un rayo de luz a personas y comunidades abrumadas por tragedias, especialmente en los lugares donde vivió Jesús”.
El impulso gozoso de la esperanza
Finalmente, León XIV habló del “impulso gozoso” que mueve al creyente hacia la meta definitiva: la comunión eterna con Dios. Retomó las imágenes bíblicas de Pedro y Juan corriendo al sepulcro, y de San Pablo que compara la vida cristiana con una carrera hacia el Señor.
“Que su presencia aquí no sea un punto de llegada, sino una etapa desde la que partir de nuevo hacia la meta final”, expresó. “Sean testimonio para los hermanos y hermanas que encuentren: una invitación a vivir con libertad y alegría, caminando hacia el horizonte infinito de la eternidad”.
“Avancen en el bien”
Antes de concluir la audiencia, el Papa reiteró su llamado a custodiar el Santo Sepulcro con fe, caridad y esperanza. Citando a San Agustín, los animó: “Avancen, avancen en el bien. No se desvíen del camino, no retrocedan, no se detengan”.

