En un día que calificó como “histórico”, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, pronunció un discurso ante el pleno del Parlamento israelí (Knesset) tras la liberación de los 20 rehenes israelíes que permanecían cautivos del grupo terrorista Hamas desde hace más de dos años. “Hoy los cielos están en calma, las armas callan y el sol sale sobre una tierra santa que por fin está en paz”, afirmó el mandatario, en medio de una ovación que se extendió por más de tres minutos.
El dirigente norteamericano llegó a Israel a las 9:30 (hora local), donde fue recibido por el primer ministro Benjamin Netanyahu y el presidente Isaac Herzog. En su intervención, Trump sostuvo que “este es el amanecer de un nuevo Medio Oriente” y aseguró que el acuerdo alcanzado con la mediación internacional representa “el fin de una era de terror y el inicio de una era de fe y esperanza”.
Durante su discurso, el mandatario recordó que muchos dudaban de que pudiera lograrlo, y celebró con énfasis el regreso de los cautivos: “¡Qué bien se siente decirlo, los 20 rehenes están de regreso!”. Luego añadió que su objetivo no es solo mantener el acuerdo, sino consolidar una paz duradera en la región.
Netanyahu, visiblemente emocionado, lo calificó como “el mayor amigo de Israel que haya tenido la Casa Blanca”. Trump, en tono distendido, aprovechó para instar a la unidad política dentro de Israel. Dirigiéndose al primer ministro y al líder opositor Yair Lapid, dijo: “Ya no están en guerra, pueden ser más amables”. También se permitió un comentario fuera de protocolo al sugerir al presidente Herzog conceder un indulto a Netanyahu, lo que generó risas y aplausos entre los presentes.
En otro tramo de su exposición, Trump se dirigió al pueblo palestino, llamándolos a “alejarse para siempre de la vía del terrorismo y la violencia”. Subrayó que este momento “marca una oportunidad única para construir una nueva etapa de convivencia y respeto mutuo en toda la región”.
El acuerdo, alcanzado tras intensas negociaciones, no implica por el momento el desarme inmediato de Hamas ni la retirada total de las fuerzas israelíes, pero sí un alto el fuego y la liberación de todos los rehenes con vida. Se espera que en la próxima cumbre de paz que tendrá lugar en Sharm el Sheij, Egipto, se avance hacia un pacto más amplio que contemple la reconstrucción de Gaza y la creación de un nuevo marco político regional.
Más de veinte líderes mundiales, incluidos los mandatarios de Reino Unido, Italia, España y Francia, confirmaron su asistencia a dicha cumbre, que será copresidida por Trump y el presidente egipcio Abdelfatá al Sisi.
El primer ministro de Qatar, Sheikh Mohammed bin Abdulrahman Al Thani, expresó que “Hamas está dispuesto a discutir cómo no representará una amenaza para Israel”, aunque aún no hay confirmaciones públicas del grupo respecto de un desarme completo.
El impacto político del anuncio es significativo. Para Israel, el fin de los secuestros y la tregua representan un alivio tras meses de conflicto y presión internacional. Para Trump, en tanto, el logro constituye su primer gran triunfo geopolítico desde su regreso al poder, consolidando su imagen como negociador global.
En palabras del propio mandatario, “a medida que el polvo se asienta y el humo se disipa, amanece en una región transformada y un futuro más brillante aparece al alcance. Este es un momento emocionante para Israel y para todo Oriente Medio”.
Con la paz aún en etapa incipiente, la región se prepara para una nueva fase diplomática que pondrá a prueba la solidez del acuerdo y la voluntad real de sus protagonistas para transformar una oportunidad histórica en un cambio duradero.