Se realizó el Jubileo de la Familia en la Diócesis de Posadas


 Este domingo 12 de octubre, desde muy temprano,  a pesar de la lluvia que caía en la Diócesis, las familias fueron llegando a la Parroquia Santa Teresita con rostros alegres  y mates compartidos. Fue un día especial ya que la convocatoria era para celebrar el Jubileo de la Familia, una jornada de encuentro y fe que se realizó bajo el lema “Familia, fuente de esperanza”.

La mañana empezó a vibrar con la animación de Miguel Prieto, que puso en marcha un clima de alegría y fraternidad. Luego, a las 9:30, se celebró la Santa Misa, presidida por Monseñor Sebastián Escalante, Vicario General de la Diócesis de Posadas y concelebrada por el Pbro. José Luis Fernández, Asesor del Secretariado Diocesano para la Familia y el Pbro. Julio Freitag, Párroco de Santa Teresita. Fue un momento de oración profunda y para darle gracias al Señor por el don de la familia que, como recordó el Monseñor Escalante en la Homilía, es “el lugar donde estamos llamados a la santidad” y es central para vida cada de uno de nosotros, es tan importante que el mismo Dios eligió una para sí mismo, para venir al mundo y redimirnos.

Finalizada la Santa Misa se continuó con un momento de animación y a las 11.00 h se compartió un mensaje del Obispo de la Diócesis de Posadas, Monseñor Juan Rubén Martínez quien no pudo participar por estar en Roma, pero se hizo presente con la cercanía de sus palabras y oración por todos los presentes.

El Jubileo continuó con momentos de alegría y testimonio. Los títeres con animación arrancaron sonrisas a grandes y chicos, mientras que la Renovación Carismática compartió el Kerigma a la familia, un llamado a redescubrir el amor de Dios en cada hogar.

El movimiento Encuentro Matrimonial presentó un testimonio y video centrado en la forma de “Cambiar el mundo por amor»

El Movimiento de Schoënstatt, compartió dos testimonios de matrimonios que mostraron como “la Mater se hace presente y va cambiando la vida de una familia”, recordaron también los elementos de la espiritualidad del movimiento que son: la devoción Mariana, el Santuario, el Capital de Gracia y la Fe práctica en la Divina Providencia. Luego, las Esposas Cristianas, con el lema “A imposibles le sobran dos letras”, compartieron un testimonio de una familia que mostró cómo la esperanza puede vencer cualquier dificultad. Finalmente, Hogares Nuevos ofreció una reflexión sobre el llamado vocacional en la familia, invitando a descubrir que cada hogar puede ser una pequeña Iglesia doméstica y promover desde allí las vocaciones religiosas y al matrimonio.

El mediodía fue un momento espacial para compartir con los asistentes un almuerzo. Las mesas en rondas, las risas, los niños corriendo entre los bancos y las charlas formaron parte de esa comunión sencilla que solo las familias saben disfrutar.

La tarde retomó el pulso con la animación de la familia González, seguida de cantos, testimonios y gestos de fe. La catequesis presento signos y reflexiones que permitieron revalorizar a las familias y haciendo participar a niños, jóvenes y adultos. El grupo Grávida conmovió a todos presentando el trabajo que realizan de cuidado de la vida de los padres y la vida de los niños por nacer, también compartieron las características del Proyecto Raquel que busca ayudar a sanar y acompañar el dolor de las familias que han pasado por un aborto.

Los Niños del Santoral recordaron con ternura a los santos como ejemplos de entrega y amor, e invitaron a los asistentes a seguirlos en sus redes sociales.

Un video sobre las familias de acogida mostró cómo el Evangelio se hace vida en quienes abren sus puertas y su corazón a los demás, para cuidar sobre todo de los más vulnerables y necesitados.

El encuentro culminó con la presentación que realizó el grupo de Comunidad de Convivencias, que centró la reflexión en la necesidad que tenemos todos de Dios “más que el pan de cada día”.

El Jubileo cerró, cerca de las 15.30 h, con un tiempo de Adoración Eucarística. Frente al Santísimo, la oración y las canciones se cruzaron con gratitud y muchos corazones que se unieron en una gran acción de gracias y un mismo pedido: que Dios siga siendo el centro de nuestras familias.