En el programa Caminando Juntos por Radio Tupambaé se entrevistó al padre Thomas Biju, vicario de la Vicaría Santa Teresa de Calcuta, ubicada en el corazón del Parque de la Salud de Posadas. Desde hace cuatro años, el sacerdote de origen indio, perteneciente a la Congregación del Verbo Divino (SVD), acompaña como capellán del Hospital Escuela de Agudos Dr. Ramón Madariaga, donde junto a un equipo de laicos ofrece asistencia espiritual a pacientes, familiares y trabajadores de la salud, todos los días de 8 a 22.
“En este lugar vivimos otra misión distinta a la de una parroquia. No se trata de grupos o catequesis, sino de estar junto al enfermo, a la familia, al personal médico. La gente nos busca y nosotros tratamos de ser presencia de Dios en medio del dolor”, expresó el padre Biju.
Una pastoral de la cercanía
El sacerdote subrayó que la tarea pastoral en el hospital es acompañar a las personas en cada etapa de la vida: “Desde el recién nacido en neonatología hasta los ancianos de 90 o 100 años. Nuestra misión es caminar con ellos, compartir alegrías cuando alguien se recupera, y también lágrimas cuando llega la hora de partir. En el hospital aprendí que muchas veces no hay palabras, solo silencio y abrazos”.
El capellán relató experiencias conmovedoras, como la de una madre que lloraba porque su bebé había nacido con apenas 100 gramos, o la de familias que enfrentaron accidentes masivos y llegaron al hospital con lo puesto. “En esas situaciones tratamos de acercar no solo oración, sino también abrigo, ropa, alimentos. A veces una presencia, un ratito de escucha, vale más que cualquier cosa”, señaló.
Inspiración en Santa Teresa de Calcuta

El padre Biju reconoció que su servicio está marcado por la espiritualidad de Santa Teresa de Calcuta, a quien llama “madre”. Recordó que en una visita a su tumba comprendió que la misión sacerdotal en los hospitales es “ver en cada enfermo a otro Cristo sufriente”.
“Madre Teresa decía que ella no curaba heridas, sino que limpiaba las llagas de Cristo. Eso es lo que sentimos aquí: cada enfermo es Cristo que nos mira y nos pide amor”, remarcó.
Médicos del alma
En su testimonio, el sacerdote contó a La Creíble FM 105.9 que muchas personas lo llaman “doctor del alma”. “Los pacientes y familiares saben que el sacerdote es signo de la presencia de Dios en el hospital. A veces un pastor evangélico, un médico o un enfermero también se acercan a hablar y llorar conmigo. Más allá de las religiones, compartimos la misma humanidad”, afirmó.
Durante la pandemia y en situaciones de emergencia sanitaria, Biju reconoció que el trabajo se intensificó: “Nos cuidamos, usamos barbijo, cambiamos de ropa al pasar de un sector a otro, pero siempre buscamos estar. El hospital es como una ciudad, con miles de personas todos los días, y allí es donde más se necesita la esperanza”.
Una familia en medio del dolor

El sacerdote resaltó que la capilla del Parque de la Salud se convirtió en un espacio de contención. “Muchas familias vienen a prender una vela, a rezar, a compartir un mate conmigo. Siempre digo que quienes llegan al hospital deben sentirse parte de una familia. Solo así, aun en medio de la enfermedad o la pérdida, pueden volver a casa con un poco de paz”.
Finalmente, Biju aseguró que esta misión lo transforma día a día: “Ser sacerdote en el hospital es una bendición. Es difícil ver a un niño entubado o acompañar tragedias familiares, pero allí descubrimos que Cristo llora con nosotros. Somos testigos de que la misericordia de Dios también se hace presente en el dolor”.

