“La Renovación Carismática es una misión de evangelización que sana, integra y despierta la fe”, afirmó el Padre José Martínez


El programa Caminando Juntos de Radio Tupambaé recibió al Padre José Martínez, sacerdote y asesor de la Renovación Carismática Católica en la Diócesis de Posadas. En diálogo con el Padre Alejandro Cañete, compartió su experiencia personal, la misión del movimiento y los desafíos que enfrenta la Iglesia en este tiempo.

“Hace apenas dos meses y medio que asumí como asesor de la Renovación Carismática y para mí ha sido un camino sorprendente, una misión desafiante pero llena de alegría. El Espíritu te mueve y te sorprende en cada paso”, expresó.

Martínez recordó su participación en encuentros regionales y nacionales, entre ellos el retiro de Córdoba, predicado por el padre Alejandro Marca Mansilla de Chicago, y el regional en Corrientes: “Fue mi primera experiencia profunda con la Renovación. Aunque la conocía, no estaba tan involucrado, y realmente fue enriquecedor, una experiencia renovadora”.

 

Evangelización y sanación espiritual

Consultado sobre la tarea principal del movimiento, explicó: “La misión de la Renovación es la evangelización, llegar a los corazones. Muchas personas que se acercan vienen heridas, con necesidad de sanar y reencontrarse con Dios. La evangelización no es un momento puntual, es para toda la vida, porque cada encuentro con el Señor es único y transforma”.

En este camino, destacó la importancia de los sacramentos: “Hay quienes llegan sin bautismo, sin comunión ni confirmación, y al participar de un grupo de oración su vida cambia: se acercan a Dios, se confiesan, comienzan a vivir los sacramentos. La Renovación despierta en ellos un deseo profundo de fe”.

Sobre las misas de sanación, aclaró: “Todas las misas son de sanación. Lo que buscamos es no confundir con títulos, sino proponer misas con oración de intercesión. El Espíritu Santo obra en cada uno de forma distinta: algunos lloran, otros ríen, otros descansan en el Espíritu o experimentan paz y alegría. Todo depende de estar abiertos, con el corazón dispuesto”.

El discernimiento como camino

El sacerdote recordó también la enseñanza de San Ignacio de Loyola y los ejercicios espirituales: “El discernimiento es clave. Lo que viene del buen espíritu da paz y suavidad; lo que proviene del mal espíritu incomoda y divide. En los grupos de oración se perciben esas realidades, y por eso es necesario madurar en el discernimiento, dejar que sea Dios quien guíe”.

Invitó a los fieles a realizar diariamente el examen de conciencia: “Ignacio aconseja repasar el día antes de dormir: cómo caminé con Dios, cuándo lo ofendí, qué cosas buenas viví. No mirar lo que me hicieron, sino lo que yo hice. Eso ayuda a empezar cada jornada con un propósito nuevo”.

Encuentros y proyectos

De cara al futuro, adelantó que el movimiento prepara un retiro diocesano para el 7, 8 y 9 de noviembre, con la presencia del predicador paraguayo José Tomás Martínez. “Será un espacio de renovación para coordinadores, servidores y también sacerdotes. Ojalá muchos puedan participar”, señaló.

Asimismo, mencionó la posibilidad de organizar un campamento y la continuidad de los seminarios de vida en distintas parroquias: “El seminario de vida es una experiencia fuerte del Espíritu Santo, abierta a todos, que ayuda a integrarse a los grupos y a la vida de la comunidad”.

Un mensaje a los jóvenes

El Padre Martínez dejó finalmente un mensaje a los jóvenes y a toda la comunidad: “Que se abran a la acción del Espíritu, que se acerquen a la Iglesia, ya sea en la Renovación Carismática o en otro movimiento. Lo importante es no quedarse quietos, porque el mundo nos arrastra por otros caminos. El Espíritu Santo es dinámico, mueve y transforma. Cuando uno se deja llenar por Él, no puede estar inactivo, sino que sale al encuentro del otro y hace grandes cosas”.

“En mi parroquia vi cómo muchos jóvenes crecieron en este último año y se convirtieron en nuevos líderes que ahora enriquecen la vida parroquial. Eso es obra del Espíritu”, concluyó.