Crece la interna en el PRO tras la derrota bonaerense: tensión por la alianza con Milei y desafío electoral de octubre


La derrota del PRO en las elecciones legislativas de la provincia de Buenos Aires intensificó las diferencias internas y reabrió el debate sobre el vínculo del partido con La Libertad Avanza (LLA) de cara a los comicios de octubre y al horizonte electoral de 2027.

El lunes pasado, pocas horas después de conocerse los resultados, la vicegobernadora de Santa Fe, Gisela Scaglia, envió un mensaje a un grupo de WhatsApp compartido con los presidentes provinciales del PRO, proponiendo rediscutir el rol del partido en noviembre, alejado del espacio libertario. La propuesta generó malestar, especialmente entre los dirigentes que firmaron la alianza bonaerense, y algunos, cercanos a Mauricio Macri, la definieron como “una estafa política”.

El debate sobre la conveniencia de la alianza con LLA se había planteado antes del cierre de listas y volvió a surgir tras la derrota. Dirigentes como María Eugenia Vidal, Soledad Martínez, Silvia Lospennato, Jorge Macri, Ignacio “Nacho” Torres y Scaglia habían manifestado su postura en reuniones previas en la sede de Balcarce y durante una asamblea convocada por el expresidente Macri.

El análisis de la derrota presenta dos visiones. Por un lado, la mirada crítica sostiene que el PRO perdió identidad y sufrió en distritos donde había tenido buen desempeño anteriormente, logrando retener solo siete de las doce bancas en juego. Por otro lado, dirigentes del espacio consideran que el resultado estuvo por encima de lo previsto por las encuestas, interpretando el logro de siete bancas como un resultado positivo dentro del contexto.

Uno de los armadores del PRO en Buenos Aires destacó que la falta de “épica” en la campaña fue un factor clave. Señaló que, mientras algunos intendentes del no peronismo lograron excelentes resultados, otros no lograron movilizar votos, lo que limitó el impacto electoral del partido. Además, admitió fallas en el armado de la campaña, en la fiscalización y en la coordinación de recursos, aunque aclaró que “no es suficiente con corregir eso para garantizar un mejor desempeño en octubre”.

Tras la derrota, el PRO buscó mantener la unidad interna y la relación con sus aliados libertarios. “Ahora hay que corregir errores y salir para adelante. No se le puede dar el auto prendido, con las llaves puestas, al peronismo”, afirmaron desde la cúpula del partido.

Mauricio Macri mantiene un perfil bajo. No intervino antes ni después de las elecciones y tampoco acompañó públicamente a los candidatos del PRO en las listas violetas. Desde su entorno, se señaló que está molesto con Javier Milei y que seguirá evaluando su participación de cara a octubre.

En este marco, la Casa Rosada convocó a los armadores bonaerenses Cristian Ritondo, Diego Santilli y Guillermo Montenegro a participar de una mesa de conducción, liderada por Karina Milei, para discutir los próximos pasos de la alianza electoral. Uno de los dirigentes del PRO señaló que la reunión debe enfocarse en “menos rock and roll y más política”, haciendo referencia a la necesidad de reforzar la fiscalización y la organización territorial.

Por su parte, Patricia Bullrich sugirió mayor diálogo con Mauricio Macri para consolidar la alianza: “Sería bueno hablar con él; si se hizo una alianza, estaría bueno que eso se muestre”. Sin embargo, fuentes cercanas al expresidente son escépticas respecto a una apertura inmediata.

La interna del PRO, marcada por reproches y autocríticas, se perfila como un factor central en la estrategia del partido para enfrentar los próximos desafíos electorales, mientras se proyecta hacia 2027 y se mantiene la tensión con los socios libertarios.