El domingo 24 de agosto a las 19, la comunidad de María Auxiliadora de Garupá vivió un acontecimiento histórico al dejar de ser capilla para convertirse en parroquia. Durante la celebración eucarística, presidida por el obispo de Posadas, monseñor Juan Rubén Martínez, fue presentado como primer párroco el Pbro. Juan Antonio “Juanse” Ruiz Díaz.
En su homilía, el obispo expresó la alegría de la diócesis por este paso pastoral: “Hoy queremos dar gracias porque es Dios quien obra y hace que la coyuntura de la historia se convierta en historia de salvación. Este es un acontecimiento muy significativo para toda la comunidad, en el marco del Año Jubilar de la Misericordia”.
Mons. Martínez agradeció la presencia de autoridades civiles, religiosas y laicos comprometidos, y recordó el acompañamiento de sacerdotes que durante años asistieron a la capilla, entre ellos el padre Miguel Ángel Moura. También destacó la entrega del nuevo párroco: “El Padre Juanse estaba trabajando intensamente en San Roque González, en la penitenciaría y con la pastoral juvenil, y ahora asume esta nueva misión en Garupá”.
El obispo resaltó el crecimiento poblacional de la zona, que exige nuevos desafíos para la evangelización: “Garupá fue uno de los lugares que más creció en la provincia. Cada vez que recorro encuentro nuevos barrios, y eso nos plantea la necesidad de acompañar con parroquias, escuelas y que el municipio cree centros de salud. Es un desafío integral”.
En este sentido, subrayó que la tarea evangelizadora es responsabilidad de todo el Pueblo de Dios: “No solo evangeliza el sacerdote o el diácono. Todos los bautizados estamos llamados a anunciar a Jesucristo. La Iglesia se define como Pueblo de Dios y cada comunidad debe superar el ‘capillismo’, pensando en cómo llegar a los nuevos barrios y a las periferias existenciales”.
Mons. Martínez insistió en que la parroquia no se limita al edificio central, sino que comprende a todas las capillas y comunidades que la integran: “El Papa Francisco nos decía que debemos ir a las periferias. Por eso, el signo distintivo de toda comunidad cristiana debe ser la caridad. Si una comunidad no es misericordiosa, no es verdaderamente cristiana”.
En su reflexión, también retomó el Evangelio dominical sobre la “puerta estrecha”, destacando la enseñanza de Jesús: “Solo los pequeños y los humildes entienden el lenguaje de Dios. Él eligió el camino de la pequeñez y de la entrega, muriendo y resucitando para salvarnos. Por eso, el sello de toda parroquia debe ser la caridad y la misericordia”.
Finalmente, expresó su especial devoción por la Virgen bajo la advocación de María Auxiliadora y alentó a la comunidad a renovar su compromiso pastoral: “Ojalá podamos, desde este ángulo de nuestra diócesis, evangelizar con amor y vivir como una Iglesia misionera y samaritana, como el Buen Samaritano que se detuvo frente al herido del camino”.
Con emoción, la diócesis de Posadas celebró así el nacimiento de una nueva parroquia, que se suma a la red de comunidades al servicio de la fe, la esperanza y la caridad.
Fotos: Rodrigo Ríos (Pastoral de Comunicación), fieles presentes y captura de la transmisión en Facebook de Radio Tupambaé.