Tras casi dos años de guerra, crece la emergencia humanitaria en la Franja: médicos alertan sobre una hambruna inminente que ya se cobró la vida de más de 100 personas, la mayoría niños.
En medio del colapso humanitario que atraviesa la Franja de Gaza tras 21 meses de guerra, los sectores más vulnerables —niños, ancianos y personas enfermas— enfrentan una situación crítica de hambre que, según organizaciones humanitarias, se ha vuelto insostenible.
Atef Abu Khater, de 17 años, llegó en estado de desnutrición severa a un hospital del norte de Gaza. Antes de la guerra, estaba sano. Hoy permanece en cuidados intensivos sin responder al tratamiento. “Perdimos todo. No hay nada”, expresó su padre, A’eed, quien vive con su familia en una tienda improvisada tras perder su hogar.
Las postales de Gaza se repiten: hospitales desbordados, niños con aspecto esquelético, madres desesperadas y médicos que, además de atender pacientes, buscan comida para sus propias familias. “Nadie está a salvo de la hambruna, ni siquiera yo”, afirmó el Dr. Ahmed al-Farra, jefe de Pediatría del Hospital Nasser. “Busco harina para alimentar a mis hijos”.
“El tratamiento es comida y agua”
En los centros médicos de Gaza, los casos de desnutrición crecen día a día. Muchos de los niños atendidos nacieron sanos, como Siwar Barbaq, una bebé de 11 meses que pesa menos de 4 kilos. Otro caso conmovedor es el de Mohammed Zakaria al-Mutawaq, de 18 meses, quien vive en una carpa junto a su madre y hermano. Su padre murió buscando alimento en octubre. “De adulta puedo soportar el hambre, pero mis hijos no”, lamentó Hedaya al-Mutawaq, su madre.
El relato se repite en el sur, donde Yehia al-Najjar, de apenas 4 meses, murió esta semana por desnutrición severa. Su familia no tenía acceso a leche ni alimentos, y vivía bajo una manta sostenida por palos. La madre, debilitada por la falta de nutrientes, no podía amamantarlo.
La desnutrición infantil, advierten los médicos, no solo pone en riesgo la vida inmediata, sino también el desarrollo físico y cognitivo a largo plazo. El Hospital Al-Shifa, en la ciudad de Gaza, reportó tres muertes por hambre en 36 horas, incluyendo un bebé de cinco meses.
Una crisis provocada por el hombre
Según el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU, un tercio de la población de Gaza pasa varios días sin comer. Las muertes por hambre superan el centenar desde que comenzó el conflicto, y al menos 81 de ellas corresponden a niños. Si bien estas cifras no han podido ser verificadas de forma independiente, reflejan una tendencia alarmante.
Organismos internacionales culpan a Israel de restringir el ingreso de alimentos y ayuda humanitaria, mientras que Israel responsabiliza a Hamás de apropiarse de los recursos, impedir su distribución y crear una “narrativa de hambruna”. Tel Aviv también acusa a las agencias humanitarias de no retirar los cargamentos en los pasos fronterizos.
En respuesta, el ejército israelí difundió imágenes de camiones cargados en los cruces y videos que mostrarían a miembros de Hamás consumiendo frutas y comidas completas en túneles subterráneos. Los grupos de ayuda, en tanto, denuncian el bloqueo, la falta de rutas seguras y la violencia en los puntos de distribución, algunos de ellos respaldados por Israel y contratistas estadounidenses.
Una ayuda que no alcanza
Actualmente, la ayuda humanitaria ingresa por dos vías: una operada por la Fundación Humanitaria de Gaza, y otra mediante convoyes de organizaciones independientes. Ambas se ven obstaculizadas por el caos, los enfrentamientos y la anarquía reinante tras meses de bombardeos y desplazamientos masivos.
En este contexto, el personal sanitario también sufre la escasez. En el Complejo Médico Nasser, el jefe de enfermería, Mohammad Saqr, relató que el hospital recibió en pocas horas a 35 personas pidiendo solución de glucosa para paliar el hambre. “Algunos llegan temblando. Ayer, varios trabajadores del hospital comieron solo 10 cucharadas de arroz blanco”, contó.
Mientras las negociaciones entre Israel y Hamás por un nuevo alto el fuego avanzan lentamente, el sufrimiento de la población civil se agrava. La falta de alimentos, agua y atención médica deja a Gaza al borde de una tragedia humanitaria aún mayor.
“La comida es el único tratamiento”, repiten los médicos en Gaza. Pero, por ahora, ese tratamiento sigue sin llegar. The New York Times