A pesar del éxito de las recientes pruebas piloto realizadas en Lanús y Córdoba, donde los partidos con ambas hinchadas transcurrieron en paz, las autoridades de la Ciudad de Buenos Aires decidieron postergar el regreso del público visitante en los estadios porteños hasta el próximo año. La medida fue acordada tras una extensa reunión entre la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y el Ministerio de Seguridad porteño, en la que se evaluaron las condiciones para implementar la medida en la Capital Federal.
El encuentro reunió al presidente de la AFA, Claudio «Chiqui» Tapia, al abogado de la entidad, Andrés «Patón» Urich, y al presidente de Excursionistas, Javier Méndez Cartier, junto al secretario de Seguridad de la Ciudad, Maximiliano Piñeiro, y al subsecretario de Seguridad en Eventos Masivos, Juan Manuel Castrilli. Pese a los resultados positivos obtenidos en las provincias, las autoridades coincidieron en que existen múltiples obstáculos para permitir el regreso de los visitantes en los estadios porteños.
Uno de los principales inconvenientes es la negativa de los clubes grandes, especialmente Boca y River, cuyos estadios tienen todas sus localidades abonadas. Las instituciones no están dispuestas a ceder entradas a simpatizantes visitantes en perjuicio de sus propios socios. En el caso de clubes como Huracán, San Lorenzo o Vélez, se suman dificultades logísticas y de infraestructura. Por ejemplo, el estadio Tomás A. Ducó no cuenta con alambrado en la tribuna visitante, condición indispensable para habilitar el sector. Además, la dirigencia del «Globo» advirtió que ceder entradas a hinchas visitantes solo sería viable si existiera reciprocidad, algo que no sucedería en este torneo. A eso se agrega la interna de la barra brava, lo que eleva el riesgo de enfrentamientos.
Situaciones similares se registran en San Lorenzo, cuyo estadio opera al 70% de su capacidad y que debería reubicar a sus propios simpatizantes para abrir espacio a los visitantes. A las complicaciones estructurales se suma el aspecto económico: el Gobierno porteño informó que los operativos de seguridad aumentarían un 50% en cantidad de efectivos, y los clubes deberían asumir esos costos. Asimismo, buena parte de la dirigencia remarcó el gasto adicional que implica el traslado y las entradas de sus propias barras cuando juegan como visitantes, lo que vuelve económicamente inviable la apertura de tribunas para otros simpatizantes.
Entre los clubes de menor convocatoria, solo Deportivo Riestra expresó su disposición a recibir hasta 2.000 visitantes en el Bajo Flores, aunque la propuesta no fue considerada atractiva como punto de partida para el plan. Vélez ofreció habilitar parcialmente la platea alta bajo un sistema de «corralito», pero condicionó su propuesta a recibir un trato recíproco en futuras fechas, algo que no prosperó.
Barracas Central enfrenta problemas de accesos que dificultan la separación de hinchadas y Argentinos Juniors planteó que o se habilita el acceso para todos los clubes o para ninguno. Con este panorama, las autoridades porteñas resolvieron suspender el plan y posponer cualquier implementación hasta 2026.
En paralelo, se definió que los partidos de Copa Argentina podrán disputarse con ambas hinchadas en estadios adecuados, como el Nuevo Gasómetro, mientras se realizará un relevamiento de las canchas de Primera División para identificar obras necesarias en vistas a una eventual reapertura de las tribunas visitantes. Por ahora, la medida solo afecta a la Primera División: el Ascenso continuará sin público visitante.
En tanto, en la provincia de Buenos Aires, el regreso parcial de los visitantes avanza con cautela. Si bien el balance de la experiencia en Lanús fue positivo, los encuentros de cada fecha se analizan caso por caso. La Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte (Aprevide), junto con la Liga Profesional y el Ministerio de Seguridad bonaerense, establecieron un protocolo: cada club debe aceptar recibir o viajar con sus hinchas, y luego el organismo de seguridad aprueba o rechaza la propuesta.
Para la fecha actual se evaluaba la posibilidad de que Sarmiento reciba a Lanús con tres mil visitantes previo pago anticipado, mientras que Aldosivi podría habilitar un sector para simpatizantes de Newell’s en Mar del Plata, aprovechando el impacto turístico en la ciudad durante las vacaciones de invierno. Sin embargo, aún no hay definiciones. La AFA apuesta a concretar más partidos con visitantes en la cuarta y quinta fecha, aunque las negociaciones con los clubes muestran un escenario complejo.
Por ahora, el sueño del regreso masivo de los visitantes en el fútbol argentino sigue postergado. En la Ciudad de Buenos Aires, el regreso quedó suspendido hasta 2026.