El rápido accionar de los bomberos voluntarios impidió que las llamas consumieran una casa en plena zona urbana. El propietario, visiblemente conmocionado, agradeció la solidaridad de los vecinos y el trabajo de los socorristas.
Un principio de incendio ocurrido en la tarde de este jueves en una vivienda de San Pedro pudo haberse convertido en tragedia, pero fue contenido a tiempo por el accionar rápido y eficaz de los Bomberos Voluntarios. El siniestro se originó en la chimenea del hogar, producto de la acumulación de hollín, y amenazaba con propagarse al resto de la estructura.
“Pensé que se me quemaba la casa, fue una situación muy desesperante”, expresó con angustia el doctor Cristian Cristaldo, jefe de Zona Noreste de Salud y dueño del inmueble ubicado a pocos metros de la rotonda de acceso a la localidad. Según relató, al percatarse de las llamas subió al techo e intentó sofocarlas sin éxito. “Cuando vi que no podía apagarlo, sentí mucha desesperación. Estoy muy agradecido con mis vecinos que llamaron y con los bomberos que llegaron en menos de cinco minutos”, valoró.
Dos dotaciones se presentaron en el lugar y confirmaron que el foco ígneo se generó por la combustión de hollín en el interior de la chimenea. Lograron extinguir las llamas de forma rápida, evitando daños mayores y preservando la integridad de la vivienda.
Este es el cuarto incendio domiciliario registrado en San Pedro en menos de 20 días. En los tres anteriores, las viviendas fueron consumidas en su totalidad por las llamas.
Frente a esta seguidilla de siniestros y el incremento del uso de sistemas de calefacción por las bajas temperaturas, el segundo jefe del Cuartel de Bomberos Voluntarios local, Jorge Mendoza, brindó una serie de recomendaciones clave para prevenir incidentes domésticos.
Entre ellas, destacó la necesidad de realizar al menos una limpieza anual de chimeneas, hogares y salamandras. “Dentro de las chimeneas se acumula hollín, que es un material combustible producto del humo. Este se va pegando en las paredes del conducto y, con una determinada temperatura, se prende fuego desde el interior”, explicó.
También alertó sobre los riesgos asociados al uso de braseros y estufas de cuarzo, recomendando mantener una puerta o ventana entreabierta para garantizar la circulación de aire y evitar la acumulación de monóxido de carbono. “Es un gas insípido, imperceptible, pero altamente peligroso, que puede causar la muerte”, subrayó.
Por otro lado, Mendoza señaló que el uso intensivo de electrodomésticos para calefacción puede sobrecargar la red eléctrica de la casa. Por eso, recomendó utilizar tomacorrientes de 20 amperios y cables de al menos 4 milímetros de espesor. “Un cable más fino se recalienta y puede provocar un cortocircuito que derive en un incendio”, detalló.
Finalmente, instó a la población a desconectar cargadores, estufas y caloventores al salir de casa, y a verificar que las cocinas a leña estén bien cerradas. “Una simple brasa puede caer al piso y desatar un fuego que termine con la vivienda entera”, advirtió.
El caso dejó al descubierto no solo el peligro latente que representan los artefactos de calefacción en invierno, sino también el valor de la prevención, la solidaridad vecinal y la importancia de contar con un cuerpo de bomberos capacitado y equipado para actuar con celeridad.