La provincia sostiene con recursos propios políticas sanitarias con tecnología de vanguardia, en contraste con el ajuste que sufren hospitales nacionales como el Garrahan.
Mientras la Nación reduce el presupuesto sanitario, Misiones invierte en salud pública con equipamiento de última generación, nuevas leyes inclusivas y una red de atención descentralizada que se consolida como ejemplo en el país.
En una Argentina marcada por el ajuste fiscal y la caída de programas esenciales, la provincia de Misiones consolida una política sanitaria sostenida con inversión en tecnología, descentralización de servicios y legislación inclusiva. El contraste es evidente: mientras el Hospital Garrahan atraviesa una crisis por falta de fondos, el Parque de la Salud de Posadas inaugura nuevas herramientas de diagnóstico y tratamiento que colocan a la provincia a la vanguardia del sistema público nacional.
Tecnología de punta al servicio de todos
La última incorporación al sistema de salud misionero es un tomógrafo por emisión de positrones (PET), tecnología clave para la detección temprana de cáncer. Este equipo, que comenzará a operar en el Hospital Escuela de Cáncer, permitirá reducir tiempos de diagnóstico y evitar derivaciones a otras provincias. A nivel nacional, este tipo de estudios solo estaba disponible en centros privados o en la Ciudad de Buenos Aires.
En paralelo, Misiones renovó su robot quirúrgico Da Vinci con la versión más moderna del mercado, la cuarta generación, convirtiéndose en la única provincia con un sistema público que dispone de esta tecnología. Con una inversión superior a los tres millones de dólares, el Da Vinci permite realizar cirugías de alta complejidad con mayor precisión y recuperación más rápida.
“El pueblo misionero quiere seguir teniendo una salud pública como la que tiene, con un Parque de la Salud que contiene casi el 100% de las patologías”, sostuvo Oscar Herrera Ahuad, presidente de la Cámara de Diputados de Misiones y exgobernador. “Mientras a nivel nacional se desmantela el Instituto Nacional del Cáncer, Misiones mantiene su propio instituto provincial con ley y financiamiento, y genera nuevas inversiones como el PET”.
La salud en Misiones: planificación a largo plazo
El enfoque misionero no se limita a grandes centros urbanos ni a infraestructura de alta complejidad. La provincia fue pionera en desarrollar una Red de Infarto Agudo de Miocardio, que articula hospitales, centros de atención primaria y servicios de emergencia para brindar respuesta inmediata a cuadros cardíacos. Esta estrategia integral mejora la supervivencia y reduce secuelas, con impacto directo en la calidad de vida.
A la par, la Legislatura sancionó una ley que garantiza la atención odontológica inclusiva para personas con discapacidad, un avance concreto hacia una salud pública más equitativa. El ministro de Salud, Héctor González, explicó que “la planificación a largo plazo y el desarrollo humano son los pilares de la política sanitaria misionera”.
Nación: recortes, cierres y protestas
Mientras Misiones avanza, el panorama nacional evidencia un deterioro alarmante. El Hospital Garrahan recibió un 7,2% menos de fondos que el año anterior, según su propio informe. La falta de actualización presupuestaria provocó protestas del personal médico y advertencias sobre la continuidad de servicios esenciales.
La situación se agrava en otras áreas sensibles. El Gobierno nacional cerró las residencias en salud mental del Hospital Laura Bonaparte, único centro especializado de gestión estatal. Más de 200 trabajadores fueron despedidos y el hospital intervenido, lo que generó el repudio de organizaciones profesionales y académicas.
En mayo, familias de personas con discapacidad marcharon por la Ciudad de Buenos Aires para exigir la restitución de prestaciones, transporte y pensiones suspendidas por decisión del Ejecutivo. Denunciaron una “emergencia silenciosa” por la interrupción de servicios vitales para sus hijos.
Los recortes no son sólo una cuestión de recursos, sino también de ejecución. Informes oficiales mostraron una subejecución presupuestaria generalizada en el Ministerio de Salud y en otros organismos clave, como CONICET y ANLIS Malbrán. Esta parálisis afecta la distribución de medicamentos, vacunas, controles pediátricos y programas de prevención.
El modelo misionero: inversión y decisión política
La diferencia no radica solo en las cifras. Misiones planifica su sistema de salud con una mirada estratégica, multisectorial e inclusiva, sosteniendo con recursos propios lo que en otras provincias depende exclusivamente de la Nación.
“Discutimos si vamos a seguir acompañando fuertemente el desarrollo de la salud pública con la incorporación de nuevas tecnologías, como en el Instituto Misionero del Cáncer, para que los misioneros no tengan que irse a otro lado”, afirmó Herrera Ahuad. También reivindicó el modelo local frente al conflicto del Garrahan: “Discutimos si queremos tener un hospital de pediatría como el que tenemos, uno de los más avanzados del país, o si queremos los conflictos que hoy tiene el Garrahan por las políticas de recorte en recursos humanos y profesionales”.
En Misiones, la salud pública es una elección política
El contraste entre Misiones y la Nación expone dos visiones antagónicas sobre el rol del Estado en la salud. Mientras el gobierno de Javier Milei promueve un achicamiento del gasto que afecta a los sectores más vulnerables, la provincia del noreste argentino apuesta a sostener y ampliar derechos, aún en contextos de restricción.
La salud pública hoy está en disputa. Entre el abandono de políticas que garantizaban equidad territorial y la decisión de provincias como Misiones de construir sistemas robustos, la diferencia la marca la voluntad política. En un escenario de incertidumbre nacional, el modelo misionero ofrece una alternativa concreta de desarrollo con inclusión.