Luego de varios días de trabajo en silencio y sin anuncio oficial, Miguel Ángel Russo será presentado este lunes a las 13 horas en la Bombonera como nuevo director técnico de Boca Juniors, en lo que representa su tercer ciclo al frente del club.
Aunque desde el pasado viernes el experimentado entrenador de 69 años ya se encuentra comandando los entrenamientos del plantel, su designación formal fue pospuesta hasta resolver cuestiones legales y garantizar una transición ordenada tras su salida de San Lorenzo, con quien rescindió contrato de común acuerdo.
La decisión de demorar la presentación también respondió a la necesidad de calmar el revuelo mediático que se generó con su desvinculación del conjunto de Boedo. En este contexto, la dirigencia del Xeneize optó por la cautela y priorizó que Russo pudiera comenzar a trabajar cuanto antes con el grupo que se prepara para disputar el Mundial de Clubes.
Las primeras imágenes del entrenador en su nuevo ciclo se difundieron el día que firmó su contrato en Boca Predio, aunque en las publicaciones oficiales del club aún no se lo había mostrado dirigiendo entrenamientos junto a su cuerpo técnico.
Boca se prepara para el Mundial de Clubes
Con la mirada puesta en el exigente desafío internacional, Boca ultima detalles para su participación en el Mundial de Clubes que se jugará en Estados Unidos. La delegación partiría el próximo domingo 8 de junio en un vuelo chárter, con la intención de arribar con seis días de antelación al debut en el Grupo C.
Según trascendió, el equipo haría base en el estado de Florida, ya que sus primeros encuentros –ante Benfica y Bayern Múnich– se disputarán en el Hard Rock Stadium de Miami, escenario recordado por la obtención de la última Copa América por parte de la Selección Argentina. El último partido de la fase de grupos, frente al Auckland City de Nueva Zelanda, se jugará en la ciudad de Nashville.
Con Russo al frente y un plantel que busca recuperar protagonismo internacional, Boca inicia una nueva etapa marcada por el deseo de levantar un trofeo que aún le es esquivo.