Seminaristas del NEA celebraron un emotivo encuentro regional en Resistencia: “Soñamos una Iglesia abierta, fraterna y misionera”


Este fin de semana se realizó en Resistencia, Chaco, el Encuentro Regional de Seminaristas del NEA, en el marco de los 40 años del Seminario Interdiocesano “La Encarnación”. Participaron jóvenes en formación del propio seminario anfitrión, así como del Seminario Diocesano “Santo Cura Brochero” de Presidencia Roque Sáenz Peña, del Seminario Arquidiocesano Internacional y Misionero “Redemptoris Mater” de Corrientes y del Seminario Diocesano “Santo Cura de Ars” de Posadas.

En diálogo con El Ritmo Sigue, por Radio Tupa Mbae, el seminarista Matías Mariano destacó que fue “una experiencia muy rica en oración, fraternidad y alegría” y celebró que “hacía más de una década que no se realizaba un encuentro así a nivel regional”. Compartió que reflexionaron sobre “qué Iglesia soñamos para nuestra región” y “cómo implementar la sinodalidad”.

“Queremos una Iglesia abierta, para todos, sin distinción”, afirmó. Valoró también el impacto vocacional: “Estos espacios nos fortalecen” y destacó con gratitud: “Fue un verdadero pueblo vocacional en camino. Una Iglesia viva, joven y con ganas de servir con alegría”.

 

En comunicación con La Creíble FM 105.9, Matías Mariano, seminarista de primer año en la Etapa de Configuración del Seminario Diocesano “Santo Cura de Ars”, expresó: “Fue una experiencia muy rica en oración, fraternidad y alegría. Nos recibió la comunidad del Seminario “La Encarnación” en un clima de comunión y de celebración por estos 40 años de historia. Hacía más de una década que no se realizaba un encuentro así a nivel regional”.

Durante el evento, que se desarrolló el 24 y 25 de mayo, los seminaristas reflexionaron sobre el Documento Final del Sínodo y trabajaron en grupos sobre los desafíos de la Iglesia en el NEA. “El sábado a la mañana analizamos qué Iglesia soñamos para nuestra región. A la tarde, en un ambiente más espiritual, abordamos qué es la Sinodalidad y cómo implementarla en nuestras comunidades”, detalló.

Para Matías, el mensaje del Papa Francisco y el espíritu del Concilio Vaticano II fueron claves en las reflexiones. “Soñamos con una Iglesia abierta, para todos, sin distinción. Una Iglesia misericordiosa, que camina con el pueblo y se compromete con sus realidades”, afirmó.

Además de las instancias de formación y oración, el encuentro incluyó espacios de recreación como fútbol, vóley y juegos de mesa. “Compartimos también con los rectores, que se sumaron a las actividades. Fue un verdadero clima de familia”, relató.

Uno de los momentos más emotivos fue la procesión con el cirio pascual, signo de la luz de Cristo, que iluminó el caminar compartido de los futuros sacerdotes. La jornada culminó con una misa presidida por monseñor Ramón Dus, arzobispo de la arquidiócesis de Resistencia.

“Monseñor Dus nos dejó muchas palabras que nos animan a seguir en este camino. También recordamos el inicio del Seminario “La Encarnación”, con monseñor Juan Rubén Martínez como primer rector, lo cual nos ayuda a valorar nuestra historia para proyectarnos hacia adelante”, compartió Matías.

Sobre el impacto vocacional del encuentro, destacó: “Estos espacios nos fortalecen. Volvimos con una alegría inmensa. No hay palabras para describir lo que vivimos. Y este lunes por la mañana celebramos una misa de acción de gracias con el Padre Sebastián aquí en el seminario, renovando nuestro sí cotidiano al Señor.”

Finalmente, Mariano señaló que una de las conclusiones del trabajo grupal fue la necesidad de intensificar el acompañamiento vocacional desde los seminarios. “Queremos ayudar a que cada joven pueda discernir su vocación. Y esperamos reencontrarnos pronto, quizás en la Peregrinación a Itatí, animándonos a no tener miedo de responder al llamado del Señor”, concluyó.

El seminarista también agradeció el trabajo compartido con Marcos Niemszon, delegado y compañero del Seminario de Posadas, y con los hermanos de otras casas de formación que integraron el equipo coordinador del encuentro.

“Fue un verdadero pueblo vocacional en camino. Una Iglesia viva, joven y con ganas de servir con alegría”, cerró emocionado.