León XIV pidió a los embajadores unidad para construir un mundo justo, pacífico y verdadero


En su primer discurso ante el Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede, el Papa León XIV instó a los representantes internacionales a un compromiso conjunto para construir un mundo donde cada persona pueda vivir “su propia humanidad en la verdad, en la justicia y en la paz”.

El Sumo Pontífice agradeció los numerosos mensajes de felicitación recibidos tras su elección, incluso de países sin relaciones diplomáticas con el Vaticano. “Se trata de una manifestación significativa de estima, que alienta a profundizar las mutuas relaciones”, señaló. En ese sentido, subrayó que la diplomacia pontificia “no busca privilegios, sino servir a la humanidad desde una urgencia pastoral”.

El Papa evocó la herencia de su predecesor, Francisco, y su atención al clamor de los pobres, los marginados y los desafíos contemporáneos, como el cuidado de la creación y la inteligencia artificial. Al recordar su propia trayectoria como prior general de los agustinos y sus viajes por América y Europa, León XIV expresó su deseo de “construir puentes con todas las personas de buena voluntad”.

La paz: don activo y compromiso personal

En su intervención, el Santo Padre reflexionó sobre la paz como un “don activo” que exige el compromiso individual y colectivo. “La paz no es sólo ausencia de guerra”, advirtió, sino una construcción diaria que requiere superar el orgullo, cuidar el lenguaje y trabajar sobre uno mismo. “También se puede herir y matar con las palabras, no sólo con las armas”, sostuvo.

Destacó además el rol de las religiones en este proceso, resaltando la necesidad del respeto a la libertad religiosa para favorecer un diálogo auténtico. “Sin esa dimensión espiritual es difícil purificar el corazón y edificar relaciones pacíficas”, afirmó.

Justicia social y solidaridad global

Al abordar la justicia, el Papa reafirmó su inspiración en León XIII, autor de la encíclica social Rerum novarum, y destacó la importancia de atender los desequilibrios globales. “Procurar la paz exige practicar la justicia”, afirmó. Denunció las condiciones laborales indignas y la creciente fragmentación social, llamando a los gobiernos a invertir en la familia y proteger la dignidad de los más vulnerables: niños por nacer, ancianos, enfermos, migrantes y desempleados.

Cada uno de nosotros puede encontrarse sano o enfermo, en su patria o en tierra extranjera, pero su dignidad es siempre la misma: la de una criatura amada por Dios”, expresó, compartiendo su experiencia personal como descendiente de inmigrantes.

La verdad, fundamento del diálogo auténtico

Finalmente, León XIV abordó el valor de la verdad como base de relaciones genuinas y denunció la distorsión de la realidad en el mundo virtual. “Sin verdad, no hay diálogo auténtico. La Iglesia no puede eximirse de decir la verdad sobre el hombre y el mundo”, enfatizó, y añadió que esta verdad debe estar unida a la caridad.

Señaló que los grandes desafíos actuales —como las migraciones, el uso ético de la inteligencia artificial y la protección del planeta— sólo pueden afrontarse desde la verdad y con cooperación internacional.

Un Jubileo de esperanza

Antes de concluir, el Papa recordó que su pontificado comienza en el marco del Año Jubilar dedicado a la esperanza, “tiempo de conversión y de renovación”. Invitó a los diplomáticos a superar las divisiones y avanzar hacia un nuevo camino común. “Espero que esto pueda suceder en todos los contextos, empezando por los que más sufren, como Ucrania y Tierra Santa”, manifestó.

León XIV cerró su mensaje agradeciendo el trabajo de los embajadores para fortalecer los lazos entre sus países y la Santa Sede, reafirmando su voluntad de diálogo y servicio al bien común de toda la humanidad. AICA