En una ceremonia cargada de recogimiento y simbolismo, los cardenales reunidos en Roma rezaron ante la tumba del Papa Francisco el lunes, en la basílica de Santa María la Mayor, donde descansan sus restos.
El acto incluyó el rezo de las Vísperas, presidido por el cardenal Rolandas Makrickas, arcipreste adjunto de la basílica. En silencio y en actitud de oración, los cardenales pasaron uno a uno frente al sepulcro del pontífice, en un gesto de respeto y despedida al líder espiritual que guió a la Iglesia católica durante más de una década.
La visita formó parte de las actividades del Jubileo convocado por el mismo Papa Francisco antes de su fallecimiento. Los cardenales atravesaron la Puerta Santa y permanecieron brevemente frente al icono de la Virgen María Salus Populi Romani, una imagen profundamente venerada por Francisco.
A lo largo del día, decenas de miles de fieles se acercaron también a la basílica para despedirse del pontífice. Las visitas fueron interrumpidas por la tarde para dar lugar a la ceremonia reservada exclusivamente a los cardenales.
Las exequias del Santo Padre comenzaron el domingo 27 con una misa presidida por el cardenal Pietro Parolin en la Plaza de San Pedro. Desde entonces, se celebran misas diarias en sufragio del Papa, que se extenderán hasta el 4 de mayo. Las concelebraciones del 30 de abril y del 4 de mayo están destinadas exclusivamente al Colegio Cardenalicio.
Tras la muerte de Francisco, se declaró el tercer período de sede vacante del siglo XXI, durante el cual la Iglesia permanece sin Papa hasta la elección de un nuevo pontífice. Este período está regulado por la constitución apostólica Universi Dominici Gregis, promulgada por San Juan Pablo II, que asigna al Colegio de Cardenales la administración de los asuntos ordinarios y la organización del cónclave.
Las congregaciones generales, reanudadas el lunes por la mañana, están siendo presididas por el decano del Colegio Cardenalicio, cardenal Giovanni Battista Re, o por el vicedecano, cardenal Leonardo Sandri, en caso de ausencia. Además, continúan desarrollándose congregaciones particulares lideradas por el camarlengo, cardenal Kevin Farrell, junto a tres cardenales rotativos.
El cónclave deberá comenzar, una vez transcurrido el plazo establecido de espera para los cardenales electores ausentes. Hasta ese momento, las instituciones vaticanas utilizan el escudo de la sede vacante, compuesto por las llaves cruzadas y el umbráculo, símbolo de la espera entre pontificados.
Francisco no introdujo cambios en las normas relativas a la elección de su sucesor, por lo que el proceso electoral seguirá las disposiciones vigentes desde los pontificados anteriores. AICA