Fin del cepo cambiario: el dólar comienza a flotar y crecen las expectativas por su impacto en la inflación


Este lunes entra en vigencia el levantamiento total del cepo cambiario, una medida que marca un giro radical en la política monetaria argentina tras casi seis años de restricciones en el mercado oficial de divisas. A partir de hoy, el dólar comenzará a fluctuar dentro de una banda que irá de $1.000 a $1.400, y se elimina por completo el límite mensual para la compra de moneda extranjera.

La decisión, adoptada por el Banco Central a través de la Comunicación A 8226, permite el libre acceso al mercado cambiario tanto a personas físicas como jurídicas, sin restricciones por condición laboral, programas sociales o subsidios estatales. Asimismo, se eliminaron las percepciones impositivas sobre la compra de dólares para atesoramiento, aunque se mantienen los recargos vigentes para consumos con tarjeta en el exterior y gastos turísticos.

Desde el Gobierno aseguran que la medida no implicará una devaluación sino la implementación de un esquema de flotación administrada, en un intento por ordenar el mercado y brindar previsibilidad. No obstante, en el sector privado anticipan una corrección del tipo de cambio y un posible salto inflacionario, con estimaciones que proyectan una suba de precios de hasta el 5% en abril.

Expectativas cruzadas entre Gobierno y mercado

Mientras el oficialismo intenta enviar señales de tranquilidad, los analistas consultados prevén que el dólar se moverá inicialmente cerca del valor del contado con liquidación, que cerró el viernes en $1.340. Para el economista Martín Kalos, “lo lógico sería que el dólar tienda a subir hacia los $1.400”, aunque destacó que el contexto internacional será determinante, con especial atención al conflicto comercial entre China y Estados Unidos.

Federico Glustein, también analista económico, estimó una cotización estabilizada entre $1.250 y $1.300. No obstante, advirtió que la nueva dinámica cambiaria podría derivar en un rebrote inflacionario en el corto plazo.

Desde el Ministerio de Economía, en cambio, apuestan a que la escasa cantidad de pesos circulando en la economía actuará como ancla frente a posibles presiones alcistas. Según fuentes oficiales, la idea es «restarle dramatismo» a los primeros días de fluctuación, que podrían ser volátiles, pero anticipan una posterior tendencia a la baja.

Un nuevo sistema bajo la lupa del FMI

El régimen de bandas cambiarias estará sujeto a una actualización mensual del 1% y será monitoreado de cerca por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que observa con atención el cumplimiento de las metas fiscales y monetarias del programa vigente.

Economistas advierten que el éxito del nuevo esquema dependerá en gran medida de la confianza que genere en los agentes económicos. El Banco Central podrá intervenir dentro del rango establecido, pero si las expectativas devaluatorias se imponen, la franja actual podría quedar corta frente a la presión del mercado.

La medida se toma en un escenario económico desafiante: alta inflación, reservas netas limitadas y una recesión pronunciada. En este contexto, el tipo de cambio será un termómetro clave para medir la credibilidad de la política económica y la capacidad del Gobierno para sostener la hoja de ruta pactada con el FMI.

Mensajes oficiales para contener la incertidumbre

Durante el fin de semana, las autoridades nacionales se volcaron a las redes sociales para disipar temores sobre el impacto inflacionario del nuevo esquema. El ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, aseguró que la suba del dólar no se traducirá automáticamente en aumento de precios y apuntó a la emisión monetaria como el verdadero motor de la inflación.

“La relación entre el dólar y los precios es una correlación, no una causalidad directa. Lo que los mueve es la emisión”, afirmó.

El director del Banco Central, Federico Furiase, también defendió el nuevo sistema frente a las críticas, en especial las formuladas por la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien sostuvo que se trata de una devaluación encubierta del 30%. “El dólar va a flotar entre $1.000 y $1.400, eso no es una devaluación sino un cambio de régimen”, replicó Furiase.

Cambios en las condiciones para importar

Además del levantamiento del cepo, el Gobierno introdujo modificaciones sustanciales en el acceso al Mercado Libre de Cambios (MLC) para importadores. Las empresas ya no deberán esperar 30 días desde el ingreso aduanero para acceder a dólares y, en el caso de las Mipymes, podrán realizar pagos desde el despacho en el puerto de origen.

Los servicios también podrán abonarse desde el momento de su prestación, y las importaciones de bienes de capital tendrán un esquema escalonado: 30% de pago anticipado, 50% al despacho en origen y el 20% restante tras el registro aduanero.

A su vez, se redujo de 180 a 90 días el plazo para cancelar servicios entre empresas vinculadas, y se habilitó, por única vez, la suspensión de la restricción cruzada impuesta por la Comunicación A 7340, que impedía operar en el MLC tras acceder al contado con liquidación. Ámbito