La Confederación General del Trabajo (CGT), acompañada por las dos Centrales de Trabajadores de la Argentina (CTA), lleva adelante desde la medianoche un paro general de 24 horas en rechazo a las políticas económicas del gobierno de Javier Milei. Se trata de la tercera huelga nacional desde el inicio de su gestión, y tiene un impacto notable en el transporte, la actividad productiva y los servicios públicos.
El acatamiento fue dispar y, mientras trenes, subtes, vuelos y la recolección de residuos permanecen paralizados, los colectivos urbanos funcionan con normalidad. Esta situación generó que las unidades circularan desbordadas de pasajeros desde las primeras horas del día.
Transporte limitado y largas esperas
Los colectivos se convirtieron en la única alternativa de transporte público para miles de trabajadores que decidieron asistir a sus empleos a pesar de la medida de fuerza. Las largas filas en terminales como la de Constitución o la estación de Moreno evidenciaron la sobrecarga del servicio.
“Estoy desde las seis de la mañana en la calle. Si no trabajo, no cobro”, sostuvo una enfermera en Moreno que, ante la suspensión de trenes, debió recurrir a dos colectivos para llegar a su lugar de trabajo. En la misma línea, una empleada doméstica que se dirigía a Caballito agregó: “No me puedo dar el lujo de faltar”.
Un trabajador de la zona oeste criticó duramente a los dirigentes gremiales: “Son los mismos sindicalistas de siempre. Por suerte Milei les sigue ganando la pulseada. Esa plata es nuestra, no de ellos”.
Mensaje oficial y acusaciones de “extorsión sindical”
Desde el Gobierno nacional también se hizo sentir el rechazo a la medida. A través de los altoparlantes y pantallas de las estaciones de tren, se difundió un mensaje que calificó el paro como un “ataque a la República” y denunció que “la casta sindical atenta contra millones de argentinos que quieren trabajar”.
Además, se recordó la vigencia de la línea 134 para denunciar presiones o amenazas vinculadas a medidas gremiales.
Actividad dispar en estaciones de servicio y acumulación de residuos
El paro también afectó parcialmente la provisión de combustible. En estaciones como las de YPF, muchas permanecían cerradas o funcionaban con personal jerárquico. Mientras tanto, la Ciudad de Buenos Aires amaneció con contenedores rodeados de basura debido a la suspensión del servicio de recolección nocturna.
Aeropuertos paralizados y adhesión total del sector aeronáutico
En Aeroparque y Ezeiza, la actividad fue prácticamente nula. Según Pablo Biró, secretario general del gremio de pilotos APLA, la adhesión al paro fue del 100%. “Somos orgánicos, acatamos la medida como parte de la Confederación del Transporte”, explicó en diálogo con Radio Mitre. “Reclamamos diálogo. No se puede construir nada si no somos escuchados”.
Cientos de vuelos fueron cancelados o reprogramados, afectando a miles de pasajeros.
Impacto económico: más de $208.000 millones en pérdidas
De acuerdo con una estimación del Instituto de Economía de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), el costo económico del paro alcanzaría los $208.497 millones, lo que equivale a un 0,3% del Producto Interno Bruto mensual. El informe señala que los sectores más perjudicados son el comercio, la salud, la educación y la industria.