Recientes episodios de violencia en las escuelas del país han generado una creciente preocupación en la comunidad educativa. Golpizas, amenazas con armas y situaciones extremas, como intentos de ataques armados, son solo algunos de los incidentes que reflejan la escalada de agresiones entre estudiantes. Estos hechos no solo ponen en riesgo la seguridad física y emocional de los jóvenes, sino que también desafían el bienestar de toda la comunidad escolar.
El caso más reciente que captó la atención pública fue el intento de tiroteo en la Escuela Media Nº 4 de Escobar, en Buenos Aires, donde un grupo de estudiantes intentó llevar a cabo un ataque armado dentro de las instalaciones. Este incidente, sumado a otros casos de violencia entre alumnos en General Rodríguez, deja en evidencia un problema que no solo es grave, sino alarmante. La viralización de estos hechos a través de las redes sociales también subraya la magnitud de la crisis que se vive en las aulas.
La situación en Misiones
En Misiones, la problemática también es palpable. Según el informe “Situaciones de violencia en los hogares: detección y prevención desde las escuelas”, realizado a partir de los resultados de las Pruebas Aprender 2021, el 60,1% de los estudiantes misioneros de sexto grado de primaria menciona que habla sobre temas de violencia o abuso con alguien dentro de la escuela. Este dato refleja una creciente conciencia sobre el problema, aunque, al mismo tiempo, pone de manifiesto que la violencia escolar sigue siendo una preocupación central.
La intervención del Gabinete Psicopedagógico Interdisciplinario (GPI) del Consejo General de Educación de Misiones es clave en la respuesta a estas situaciones. Este equipo trabaja constantemente con las escuelas, especialmente aquellas que no cuentan con equipos de orientación, para abordar problemas como el bullying, las autolesiones, el consumo de sustancias, y el abandono escolar. Durante el primer cuatrimestre de 2025, las principales solicitudes de intervención en Misiones estuvieron relacionadas con estos temas.
Desafíos y respuestas institucionales
Ricardo Luis Martín, coordinador del GPI, detalló que los directores de las escuelas son los que más solicitan intervención, seguidos por los supervisores y los docentes. A través de un proceso de escucha activa y análisis de cada caso, el equipo ofrece orientaciones tanto generales como específicas para cada situación. Sin embargo, aunque estos esfuerzos son significativos, la violencia escolar es un fenómeno complejo que requiere una respuesta integral.
En las escuelas privadas de Misiones, un 32% de los directores reportaron intervenciones relacionadas con violencia familiar, lo que muestra que este problema no discrimina entre niveles educativos y afecta a diversas instituciones. Si bien Misiones no es la provincia con mayor incidencia de violencia escolar, los datos indican que las autoridades están comprometidas con la identificación y atención de estos conflictos.
Hacia una red de apoyo más sólida
Para enfrentar la violencia escolar de manera efectiva, es crucial fortalecer la red de apoyo que involucre a diversos actores sociales. Además de las escuelas, deben estar involucrados centros de salud, comedores escolares, y programas sociales que puedan proporcionar un entorno seguro y saludable para los jóvenes. La intervención temprana, la capacitación constante de los docentes y la implementación de políticas preventivas son acciones clave para abordar este fenómeno.
La violencia escolar ya no es un problema aislado ni exclusivo de unos pocos estudiantes. Es una cuestión que afecta a toda la comunidad educativa y exige un compromiso colectivo para garantizar un futuro más seguro para los niños y adolescentes del país.
Para agendar:
El Gabinete Psicopedagógico Interdisciplinario atiende de lunes a viernes de 8 a 16 hs. en el 5º piso del Edificio María Estel, ubicado en Centenario 3253. Para contacto, se pueden utilizar los siguientes números:
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