Después de las celebraciones de Año Nuevo, es común sentirse pesado o con la necesidad de recuperar un ritmo alimenticio más balanceado. La cena de bienvenida del año, que suele incluir comidas ricas en grasas, azúcares y bebidas alcohólicas, puede alterar nuestros hábitos diarios. Aquí te compartimos algunas claves para restablecer tu equilibrio nutricional sin caer en dietas extremas.
1. Hidratación como prioridad
El exceso de sodio y alcohol puede deshidratar tu cuerpo. Inicia el día con un vaso de agua y, si es posible, agrega unas gotas de limón para favorecer la detoxificación. Mantén una ingesta constante de agua durante el día, idealmente de 2 a 3 litros.
2. Recupera la sencillez en tus comidas
Opta por alimentos frescos y ligeros. Verduras al vapor, ensaladas con proteínas magras como pollo o pescado, y frutas de temporada son excelentes opciones. Evita productos procesados o altos en grasas durante al menos tres días para dar un respiro a tu sistema digestivo.
3. Aumenta la fibra
Alimentos integrales como avena, quinoa, lentejas o semillas son ideales para recuperar la salud intestinal. La fibra ayuda a eliminar toxinas y favorece una digestión adecuada.
4. Incluye infusiones naturales
El té verde, la manzanilla o el jengibre son aliados para reducir la hinchazón abdominal y mejorar la digestión. Puedes tomarlos después de las comidas para potenciar su efecto calmante.
5. No olvides el movimiento
Retomar la actividad física, aunque sea de manera ligera, como caminar o practicar yoga, ayuda a restablecer el balance energético y mejora el estado de ánimo.
6. Escucha a tu cuerpo
Es normal sentirte menos hambriento el día después de Año Nuevo. No fuerces grandes cantidades de comida; respeta las señales de saciedad.
Recordemos que el objetivo no es castigarnos por haber disfrutado, sino reestablecer un equilibrio que nos permita iniciar el nuevo año con salud y energía.