Un reciente ataque aéreo ruso contra Kiev ha provocado daños materiales en varias embajadas extranjeras, entre ellas las de Portugal y Argentina, así como de otros países como Albania y Montenegro. El ministro de Exteriores de Portugal, Paulo Rangel, condenó el ataque y anunció que su país presentará una protesta formal ante Moscú por este acto que afectó a instalaciones diplomáticas.
En declaraciones ofrecidas desde Cascais, Rangel precisó que no se registraron víctimas entre el personal de la embajada de Portugal en Kiev, que comparte edificio con las misiones diplomáticas de Argentina, Albania y Montenegro. Sin embargo, el impacto de los misiles provocó daños materiales «relativamente leves» en estas representaciones.
El ministro portugués calificó el ataque de «absolutamente inaceptable», destacando que los ataques a instalaciones diplomáticas violan las normas internacionales y deben ser condenados con firmeza. En este sentido, Rangel informó que el encargado de negocios de la embajada rusa en Lisboa será convocado para recibir una protesta oficial.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, también expresó su indignación ante el ataque, calificándolo como un “ataque odioso” contra la ciudad de Kiev y sus embajadas. Por su parte, el gobierno portugués emitió una condena «vehemente» y reiteró su apoyo a Ucrania en su lucha contra la invasión rusa.
Este incidente se produce en un contexto de intensificación de los ataques rusos sobre Kiev y otras áreas de Ucrania. Durante la madrugada del 20 de diciembre, un ataque con misiles balísticos dejó al menos un muerto y 12 heridos en la capital ucraniana. Las autoridades locales informaron que los misiles provocaron incendios y daños en varios distritos de la ciudad, afectando a edificios residenciales, instalaciones médicas y escuelas.
En respuesta, Ucrania desplegó su defensa aérea, interceptando varios misiles Iskander lanzados por Rusia, aunque los restos de los proyectiles causaron daños adicionales en la infraestructura civil y diplomática de Kiev.
La ofensiva rusa se enmarca en una serie de ataques recientes contra objetivos en Ucrania, como represalia por los asaltos ucranianos a infraestructura militar en territorio ruso. Rusia ha expresado que sus ataques buscan neutralizar las capacidades militares ucranianas, mientras que Kiev intensifica sus operaciones para dañar las instalaciones de apoyo al esfuerzo bélico del Kremlin.
Este ataque a las embajadas extranjeras subraya la creciente gravedad de la guerra en Ucrania, donde los bombardeos sobre objetivos civiles y diplomáticos se han vuelto una práctica recurrente desde el inicio de la invasión rusa en febrero de 2022. Las autoridades internacionales siguen condenando estos actos, mientras que Ucrania continúa recibiendo apoyo de sus aliados occidentales en la forma de sanciones contra Rusia y suministros militares. Infobae