El Gobierno nacional se reunirá este lunes con los gremios aeronáuticos para intentar resolver el creciente conflicto en el sector aéreo. El encuentro, que se centrará en las negociaciones salariales y la propuesta oficial de reducir la participación estatal en Aerolíneas Argentinas, se produce en un contexto de creciente tensión por las recientes medidas de fuerza y la incertidumbre sobre el futuro de la aerolínea de bandera.
Desde la Casa Rosada, el cierre de Aerolíneas Argentinas es una opción sobre la mesa, dado que la privatización del servicio enfrenta obstáculos en el Congreso. Mientras tanto, el Poder Ejecutivo continúa negociando las paritarias con los sindicatos para evitar que las tensiones escalen más allá del ámbito de las negociaciones.
Representantes de los sindicatos APla, AAA y APA se reunirán con funcionarios del Gobierno, luego de haber rechazado una oferta presentada por Aerolíneas Argentinas. Al concluir un encuentro anterior, Mateo Ferrería, secretario gremial de APLA, destacó que “el encuentro fue positivo” y afirmó que “mientras duren las conversaciones entre las partes, el sindicato ha decidido levantar ‘todas las medidas de fuerza’”.
Por su parte, el secretario de Trabajo, Julio Cordero, manifestó que el Gobierno tomará todas las medidas necesarias para evitar que los pasajeros se vean perjudicados por posibles paros. «Nosotros verdaderamente esperamos que ya se empiece a establecer este periodo de negociación, donde una de las condiciones especiales para este período que están puestas sobre la mesa es que no existan medidas de fuerza», sostuvo Cordero.
El conflicto alcanzó un punto crítico la semana pasada, cuando trabajadores de Intercargo realizaron protestas y asambleas que afectaron a cientos de pasajeros. En respuesta, el Gobierno despidió a 15 empleados de la compañía y anunció la desregulación de los servicios de rampa en los aeropuertos, permitiendo la entrada de empresas privadas. Guillermo Francos, jefe de Gabinete, señaló que la administración de Javier Milei está dialogando con los empleados de Aerolíneas Argentinas sobre el futuro de la empresa, y advirtió: “Si no aceptan su privatización, están decididos a cerrarla”.
Los sindicatos, por su parte, han asegurado que las negociaciones con el Gobierno y Aerolíneas Argentinas se centran en los reclamos salariales, destacando que el atraso acumulado llega al 86% respecto a diciembre pasado. Los gremios insistieron en que el debate sobre la privatización de la aerolínea debe manejarse por otros canales.
En paralelo, el secretario de Transporte, Franco Mogetta, reiteró la postura del Gobierno: “Vamos a ir por la privatización y si no se da la privatización, intentaremos que los empleados acepten la administración de la empresa. Y si no la aceptan, se cerrará. Pero Aerolíneas no va a tener más el fondeo que tiene el Estado, que durante el kirchnerismo le ha costado 8 mil millones de dólares al Estado”.
Ante la posibilidad de que las tensiones lleguen a un punto crítico, el Gobierno ha exigido a los gremios la presentación de un plan que garantice el funcionamiento de la empresa sin conflictos. En caso contrario, se podría solicitar que Aerolíneas Argentinas entre en un Plan Preventivo de Crisis, lo que podría llevar a su cierre definitivo.
El viernes pasado, se retomaron las negociaciones salariales entre los sindicatos y Aerolíneas Argentinas, con una aparente disposición de la empresa para avanzar en los acuerdos. Los gremios adelantaron que, mientras continúen las conversaciones, se mantendrá una tregua sin nuevas medidas de fuerza.
Mientras tanto, el Gobierno prepara una estrategia legal para llevar ante la Corte Suprema un fallo favorable a APLA, que busca revocar una medida cautelar que suspendió la aplicación de dos decretos clave. Estos decretos, que declararon esencial el servicio de aeronavegación civil, obligan a los gremios a notificar cualquier medida de fuerza con cinco días de antelación y garantizar el 50% de los servicios durante las huelgas.
La resolución del conflicto entre el Gobierno y los gremios aeronáuticos se perfila como un desafío decisivo para el futuro de Aerolíneas Argentinas, con un desenlace que podría determinar el rumbo del sector aéreo nacional en los próximos meses.