El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, confirmó en su cuenta de X que el gobierno argentino tiene planes de licitar la Hidrovía Paraná-Paraguay «antes de fin de año». Esta vía navegable, que se erige como la principal arteria de comercio exterior del país, es considerada un «tema estratégico para la Nación».
Francos aseguró que la licitación será «clara y transparente», buscando fomentar la participación de un amplio espectro de empresas, tanto nacionales como internacionales. «El objetivo es crear condiciones de competitividad que impulsen el crecimiento del libre comercio de Argentina con el mundo», subrayó el funcionario.
El anuncio de Francos parece ser una respuesta a las preocupaciones planteadas por aliados del gobierno, como el expresidente Mauricio Macri, en torno a la gestión de la Hidrovía. Entre 1995 y 2021, la firma holandesa Jan de Nul, en asociación con Emepa, operó y mantuvo la parte argentina de esta vital vía de transporte, incrementando el tráfico desde 20 hasta 125 millones de toneladas anuales.
Un estudio de la Fundación Nuevas Generaciones resalta la importancia de la Hidrovía, que se extiende por más de 3.400 kilómetros, siendo fundamental no solo para Argentina, sino también para países como Brasil, Uruguay, Paraguay y Bolivia.
Tras la finalización de la concesión original en 2021, la gestión de la Hidrovía pasó a la Administración General de Puertos (AGP). Sin embargo, la estructura de gestión, que involucra a múltiples provincias y ministerios, ha sido criticada por su disfuncionalidad. En 2022, la AGP canceló una licitación internacional después de impugnar a varias empresas oferentes, lo que llevó a un compromiso del actual gobierno para reestudiar las condiciones y volver a licitar el servicio.
La profundización de la Hidrovía ha generado controversia. Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara Cerealera-Exportadora (Ciara-CEC), advirtió sobre el impacto negativo en la agroexportación argentina, sugiriendo que la competitividad del país se ve amenazada por el atraso en la infraestructura comparado con vecinos como Brasil y Uruguay.
Además, existen preocupaciones sobre cómo un aumento en el calado de la vía podría comprometer la estabilidad de algunos puertos. Aunque la propuesta oficial es implementar cambios de forma gradual, la evaluación técnica del río es un paso necesario antes de cualquier avance significativo.
Con la promesa de avanzar en este proceso «antes de fin de año», la atención del sector agroexportador y de las empresas involucradas está centrada en cómo se desarrollará esta licitación y cuáles serán sus implicancias para el futuro del comercio exterior argentino. Infobae