El observador permanente de la Santa Sede ante la ONU, Mons. Gabriele Caccia, instó a los Estados miembros a priorizar la cooperación internacional en las actividades del espacio ultraterrestre, enfatizando la necesidad de un uso pacífico de estos ámbitos como un bien común.
Durante su intervención en la primera y cuarta comisión de la Asamblea General de la ONU, el arzobispo Caccia destacó: «A medida que exploramos el enorme potencial del espacio exterior, es esencial que los Estados promuevan su uso pacífico». Esta declaración se produce en el contexto de un creciente interés por parte de naciones en la militarización del espacio, particularmente mediante el uso de armas antisatélite (ASAT).
El discurso del arzobispo rememoró la Conferencia sobre el Uso Pacífico del Espacio Ultraterrestre de 1968, donde el Papa Pablo VI llamó a concentrar los esfuerzos de exploración espacial en la prosperidad colectiva. Desde entonces, la Santa Sede ha insistido en la creación de normas internacionales más cohesivas para regular la tecnología espacial.
Caccia expresó su preocupación por la reciente militarización del espacio, señalando que, aunque Estados Unidos impuso en 2022 una moratoria sobre las pruebas de armas ASAT, países como China y Rusia han realizado demostraciones de armamento similar, incluso en mayo de 2024. «Es lamentable que la comunidad internacional no haya logrado un consenso sobre un acuerdo para prohibir todo tipo de armas en el espacio ultraterrestre», comentó el arzobispo.
Además, el representante de la Santa Sede destacó la importancia de la Conferencia de Desarme de las Naciones Unidas, que se celebrará en Italia, como un marco crucial para abordar las preocupaciones sobre la acumulación de armamento en el espacio. Recordó a los Estados miembros la necesidad de respetar el Tratado del Espacio Exterior de 1967, que estipula que «la Luna y otros cuerpos celestes se utilizarán exclusivamente con fines pacíficos». AICA