En una asamblea realizada el miércoles, Aerolíneas Argentinas decidió la remoción de Pablo Biró, secretario general de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), de su cargo en el directorio de la compañía. La medida fue impulsada por el Estado Nacional, principal accionista de la aerolínea, debido a lo que describen como “conducta desleal” de Biró, quien promovió una serie de paros encubiertos que afectaron a miles de pasajeros a lo largo del año.
Desde enero, Biró habría organizado 13 acciones de fuerza bajo el formato de “asambleas informativas,” causando retrasos y cancelaciones que perjudicaron a más de 100.000 pasajeros y provocaron pérdidas millonarias para la empresa. Aerolíneas Argentinas afirmó que las protestas fueron estratégicamente planeadas para generar el mayor impacto posible, afectando la operativa de la compañía y dañando su imagen pública.
En un comunicado, la empresa explicó que, además de su rol sindical, Biró, como representante de las acciones clase B del Programa de Propiedad Participada (PPP), actuó de manera contraria a los intereses del directorio. El presidente de Aerolíneas, Fabián Lombardo, subrayó que a pesar de estos conflictos, la aerolínea logró un resultado operativo positivo en septiembre, alcanzando el mejor registro para ese mes en los últimos 23 años.
El secretario de Transporte, Franco Mogetta, también se pronunció sobre el tema, aclarando que la expulsión de Biró no afectará el normal funcionamiento de la empresa: “Aerolíneas Argentinas opera con total normalidad y no está en riesgo de dejar de funcionar debido a esta decisión”.
Por su parte, Biró adelantó que tomará acciones legales en respuesta a su destitución, mientras que la empresa iniciará demandas judiciales para reclamar los 20 millones de dólares en pérdidas ocasionadas por las medidas de fuerza que lideró.
Este conflicto sindical, marcado por tensiones entre Biró y la administración de Aerolíneas, ha reavivado el debate sobre la influencia de los sindicatos en la gestión de empresas estatales. Infobae