El Papa Francisco: «La verdadera grandeza se encuentra en servir a los más débiles»


Ante miles de fieles congregados en la Plaza de San Pedro para el rezo del Ángelus dominical, el Papa Francisco ofreció una reflexión sobre la humildad y el servicio. Inspirado en el Evangelio del día, el Santo Padre subrayó que el verdadero poder no radica en dominar, sino en atender a los más vulnerables. “La verdadera grandeza está en el cuidado de los más débiles”, afirmó el pontífice, invitando a dejar de lado el orgullo y el deseo de poder.

Durante su catequesis, Francisco destacó el pasaje en el que Jesús anuncia su pasión y resurrección, pero sus discípulos no comprenden sus palabras, preocupados por quién sería el más grande entre ellos. Ante esta situación, el Papa explicó que el silencio de los discípulos ante la pregunta de Jesús sobre su conversación revela la vergüenza que sienten, causada por su orgullo.

Grandeza en el servicio

“Jesús les ofrece una lección crucial”, señaló Francisco, recordando las palabras del Señor: “Si alguno quiere ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos”. El Papa destacó que la grandeza no se mide por el dominio sobre los demás, sino por la disposición a servir, especialmente a los más débiles. “¿Quieres ser grande? Hazte pequeño, ponte al servicio de todos”, insistió el pontífice.

Reconocer a Jesús en los más pequeños

El Papa continuó su reflexión señalando que el poder nos puede hacer olvidar que todos hemos sido acogidos y cuidados en algún momento de nuestras vidas. “Cuando olvidamos esto, nos convertimos en dominadores y no en servidores, y los primeros en sufrir son precisamente los pequeños, los débiles, los pobres”, advirtió.

Para ilustrar su mensaje, Francisco mencionó el gesto de Jesús al colocar a un niño en el centro de sus discípulos, explicando que los niños no tienen poder, sino que dependen de los demás, como las personas más vulnerables. “Quien reciba a un niño como este en mi nombre, a mí me recibe”, recordó el Santo Padre, instando a los fieles a reconocer el rostro de Jesús en los más pequeños.

El Papa concluyó su mensaje con una invitación a la reflexión personal: “¿Soy capaz de ver el rostro de Jesús en los más pequeños? ¿Sirvo a mi prójimo generosamente? ¿Agradezco a quienes me cuidan?”. En su habitual tono cercano, exhortó a los fieles a abrazar una vida de humildad y servicio, siguiendo el ejemplo de Jesús.

Al finalizar el rezo del Ángelus, Francisco reiteró su llamado a la solidaridad y al cuidado de los más vulnerables, recordando que el Evangelio sigue siendo una fuente de esperanza para quienes sufren. AICA