En vísperas de la Solemnidad de la Asunción de María, el patriarca latino de Jerusalén, cardenal Pierbattista Pizzaballa, emitió un emotivo llamado a la oración, exhortando a la comunidad a invocar la paz a través de la intercesión de la Virgen María, especialmente en un contexto marcado por el conflicto y la violencia en Tierra Santa.
«Después de haber agotado tantas palabras y de haber hecho todo lo que estaba a nuestro alcance para ayudar y estar cerca de todos, especialmente de los más afectados, solo nos queda rezar», expresó el cardenal Pizzaballa en su mensaje. Ante la prolongación de la guerra y el creciente sufrimiento, el patriarca instó a las parroquias, comunidades religiosas, y a los pocos peregrinos presentes, a elevar oraciones para que, «en esta larga noche que estamos viviendo, la intercesión de María Santísima abra un rayo de luz para todos nosotros y para el mundo entero.»
El patriarca lamentó profundamente la persistencia del conflicto, que se ha visto agravado por el odio, el resentimiento y el desprecio, factores que, según sus palabras, «solo intensifican la violencia y alejan la posibilidad de encontrar soluciones». Reconociendo la dificultad de vislumbrar una salida, Pizzaballa subrayó que el diálogo para construir un futuro de relaciones pacíficas se ha vuelto una tarea ardua.
No obstante, el cardenal señaló que los días alrededor del 15 de agosto podrían ser cruciales para cambiar el curso del conflicto, destacando las recientes negociaciones de paz auspiciadas por Qatar, Egipto y Estados Unidos como una fuente de esperanza. Estos esfuerzos diplomáticos buscan reanudar las conversaciones entre Israel y Hamas, lo cual podría marcar un paso significativo hacia la paz.
El llamado del patriarca Pizzaballa refleja la desesperación y la esperanza que conviven en una región desgarrada por la violencia, y su invitación a la oración en la Solemnidad de la Asunción de María resuena como un grito de fe en medio de la oscuridad. AICA