La Laica Consagrada del movimiento «Hogares Nuevos», Cecilia Simón, ha dedicado su vida al servicio del Reino de Dios, desde su comunidad en Puerto Rico, Misiones, hasta los rincones más remotos de Albania. Actualmente de vacaciones en su tierra natal, compartió con Radio Tupa Mbae la profunda experiencia que la llevó a consagrarse.
Durante la entrevista, la Hna. Cecilia Simón compartió cómo descubrió su vocación en el movimiento, inspirada por sus padres. Tras dejar sus estudios en Educación Física para seguir su llamado espiritual, enfrentó una intensa lucha interior antes de consagrarse por completo al servicio de Dios. Desde 2019, sirve en Albania, donde «Hogares Nuevos» colabora en la revitalización de la fe católica en una sociedad poscomunista. Entre otras cosas, destacó la importancia de la catequesis familiar y la cálida acogida de la comunidad albanesa. A pesar de extrañar a su familia en fechas especiales, encuentra consuelo en la cercanía de los lugareños durante cumpleaños o festividades.
«Soy parte del movimiento ‘Hogares Nuevos’, centrado en la evangelización del matrimonio y la familia, una vocación que floreció en el seno de mi propia familia», compartió la Hna. Cecilia durante la entrevista telefónica. «Dejé mis estudios en Educación Física para responder a un llamado interior que sentía desde joven».
Su camino hacia la consagración no fue fácil. «En un congreso en Tilcara (Jujuy), una canción (Alma Misionera) me marcó profundamente y me enfrenté a la lucha entre mis deseos personales y lo que sentía como el plan de Dios para mí», recordó. Después de cinco años de discernimiento, decidió entregar su vida por completo al servicio de Dios.
En 2019, la Hna. Cecilia encontró su destino en Albania, donde el movimiento «Hogares Nuevos» comenzó a trabajar tras un llamado del obispo local. «Albania, marcada por décadas de comunismo ateo, aún experimenta el catolicismo más como tradición que como fe viva», explicó. «Nuestro trabajo se centra en revitalizar la fe a través de la catequesis familiar y el testimonio personal».
La comunidad en la que vive refleja la diversidad y la generosidad albanesas. «Compartimos la vida con Elisa de República Dominicana, el Padre Sergio de Corrientes, y un seminarista de Córdoba», detalló. «Adaptarse a la cultura albanesa ha sido un desafío, pero hemos encontrado apertura y hospitalidad».
A pesar de la distancia, la Hna. Cecilia extraña su hogar en Misiones, especialmente durante ocasiones familiares, aunque reconoce el apoyo que recibe de las familias en Albania. «La misión nos llama a entregarlo todo, pero siempre llevamos en el corazón nuestras raíces y valores familiares», afirmó. Su mensaje final fue claro: «Es crucial cultivar nuestra relación personal con Dios en la vida cotidiana, protegiendo la Iglesia doméstica donde se forjan los valores más sólidos».
