El 18 de mayo se celebra en nuestro país el Día Nacional de la Escarapela, uno de los símbolos patrios más relevantes junto con la bandera. Esta fecha conmemora la instauración de la escarapela como emblema distintivo del ejército nacional, solicitada por el General Manuel Belgrano en un esfuerzo por unificar los colores y fomentar el sentimiento patriota durante los albores de la independencia argentina.
El pedido de Belgrano fue realizado el 13 de febrero de 1812, y recibió respuesta el 18 de ese mismo mes por parte del Primer Triunvirato de Gobierno, compuesto por Juan José Paso, Manuel de Sarratea y Feliciano Chiclana. Reconocieron la escarapela como símbolo de las Provincias Unidas del Río de La Plata, adoptando los colores blanco y azul celeste, omitiendo el rojo para evitar confusiones con los realistas.
La escarapela comenzó a ser utilizada desde entonces en diversas ocasiones patrias, como la semana de mayo (del 18 al 25), el 20 de junio (Día de la Bandera) y el 9 de julio (Día de la Independencia), consolidándose como un emblema nacional de importancia histórica.
El origen del Día Nacional de la Escarapela se remonta al año 1941, cuando comenzó a ser celebrado en los colegios argentinos. Este reconocimiento fue impulsado por destacados promotores de la educación patriótica, entre ellos Carmen Cabrera, directora de la Escuela N°4, del Centro Educativo N°9, y los profesores Benito Favre y Antonio Ardissono, del N° 11 de Buenos Aires, quienes presentaron sus reclamos en 1934.
Aunque inicialmente se propuso que la celebración fuera el 20 de mayo, finalmente se estableció el 18 del mismo mes. El 4 de abril de 1941, mediante una resolución gubernamental, se oficializó esta fecha como el Día de la Escarapela, siendo obligatorio su recuerdo en todas las escuelas y la realización de actos conmemorativos en los colegios primarios.
La historia de la escarapela argentina se entrelaza con los momentos fundacionales de la nación. Instaurada por Belgrano en 1812 para distinguir a las tropas patriotas de las realistas, la escarapela contribuyó a fomentar la unidad nacional en un momento crucial para la historia del país.
Si bien existen diversas versiones sobre el origen de los colores celeste y blanco, algunas vinculan su uso a las invasiones inglesas de 1806 y 1807, mientras que otras apuntan a su adopción por damas de alta alcurnia durante reuniones con líderes patriotas. La versión que atribuye a French y Berutti la creación de la escarapela carece de fundamento histórico, aunque es cierto que distribuyeron lazos blancos en 1810 para identificar a los partidarios de la Revolución de Mayo.
El Día Nacional de la Escarapela es, por tanto, una oportunidad para reflexionar sobre los valores de la patria y rendir homenaje a aquellos que contribuyeron a forjar la identidad nacional argentina.
¡Feliz Día de la Escarapela, Argentina!