En una emotiva jornada marcada por la lluvia, se llevó a cabo la segunda peregrinación náutica en Iguazú, conmemorando la instalación de la primera reducción jesuítica en la triple frontera hace casi cuatro siglos. Desde el Puerto Macuco, donde se erigió la histórica Misión Jesuítica hace 398 años, fieles y autoridades zarparon en una travesía por las aguas del río Iguazú hasta el emblemático Hito de las Tres Fronteras, en honor a la protección de la Virgen Santa María del Iguazú. La jornada culminó con una misa en la Parroquia Catedral Virgen del Carmen.
La organización de este evento estuvo a cargo de la Diócesis de Iguazú en colaboración con diversas entidades, entre ellas la empresa Concesionaria de los Servicios Náuticos en Cataratas y la Prefectura Naval Argentina Iguazú. El objetivo principal fue rememorar los 398 años desde la llegada de la Primera Misión Jesuítica, destacando la importancia histórica de Iguazú en la región.
A pesar de las condiciones climáticas adversas, con una lluvia persistente que acompañó la travesía, 240 pasajeros, entre fieles y destacadas personalidades como el intendente Claudio Filippa y el presidente de la Cámara de Representantes, Oscar Herrera Ahuad, participaron en la travesía. Los obispos de las tres fronteras elevaron una plegaria en tres idiomas, español, portugués y guaraní, en un gesto de unidad y devoción en la confluencia de los ríos Iguazú y Paraná.
El impulso de esta peregrinación lo lidera el Obispo de la Diócesis de Iguazú, Monseñor Nicolás Baisi, quien busca conmemorar la instalación de la Primera Reducción Jesuítica en lo que hoy es el territorio de la Provincia de Misiones. Recientes hallazgos arqueológicos en el puerto Macuco respaldan la presencia histórica de los jesuitas en la región, corroborando relatos de antiguos misioneros.
La ubicación precisa de la reducción jesuítica Santa María del Yguazú ha sido motivo de debate histórico. Aunque tradicionalmente se creía que estaba en territorio brasileño, investigaciones recientes, respaldadas por las cartas de los padres fundadores Diego de Boroa y Claudio Ruyer, sugieren que se encontraba a 15 kilómetros de las Cataratas, río arriba, y en el actual territorio argentino. Investigadores como el guardaparque Jorge Cieslik han contribuido significativamente a esclarecer este aspecto de la historia regional. Con información y portada de El Territorio