En los últimos siete días, el estado de Rio Grande do Sul ha sido testigo de una creciente tragedia debido a las inundaciones masivas que han azotado la región, dejando un saldo devastador de al menos 78 personas fallecidas y otras 103 reportadas como desaparecidas, según el último informe disponible.
Las persistentes lluvias en este estado del sur de Brasil han generado una situación de emergencia, con 155 personas heridas y más de 110.000 desplazadas de sus hogares. La magnitud del desastre ha obligado a unas 16 mil personas a buscar refugio en escuelas, gimnasios y otros lugares de resguardo temporal, según reportes de las agencias brasileñas.
La devastación provocada por las inundaciones se manifiesta en deslizamientos de tierra, carreteras destruidas y puentes colapsados en diversas partes del estado. Además, se han reportado cortes de electricidad y comunicaciones, dejando a más de 800.000 personas sin suministro de agua, de acuerdo con datos proporcionados por la agencia de defensa civil, respaldados por la empresa de agua Corsan.
El río Guaiba ha alcanzado niveles récord, superando incluso las marcas registradas durante históricas inundaciones en 1941. Ante esta situación, el gobernador Eduardo Leite ha destacado la necesidad de una reconstrucción sin precedentes, mencionando la posible implementación de un «Plan Marshall» para la recuperación del estado.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, ha realizado una segunda visita a la región, acompañado de una comitiva gubernamental, para evaluar de cerca los daños causados por las inundaciones. En una declaración durante su visita, hizo hincapié en la importancia de tomar medidas preventivas ante futuros desastres y trabajar en la gestión del riesgo.
Estas inundaciones representan el cuarto desastre ambiental significativo en Rio Grande do Sul en el último año, sumándose a eventos similares ocurridos en julio, septiembre y noviembre de 2023, que cobraron la vida de 75 personas.
El contexto climático ha exacerbado la situación, con el fenómeno de El Niño impactando en América del Sur, causando sequías en el norte y lluvias intensas en el sur de Brasil. Los científicos señalan que el cambio climático, resultado de actividades humanas, está contribuyendo a la frecuencia y gravedad de estos eventos extremos.
En palabras de Suely Araújo, coordinadora de políticas públicas del Observatorio del Clima, estas tragedias son indicativas de un futuro donde los eventos climáticos extremos serán más comunes y devastadores si no se toman medidas urgentes para abordar el cambio climático. Con información de AP y Reuters. Portada de Agência Brasil