En un descubrimiento que desafía las creencias establecidas, un estudio realizado por investigadores del CONICET ha revelado que las larvas del mosquito Aedes aegypti, portador de enfermedades como el dengue, el Zika y el chikungunya, son capaces de obtener oxígeno del agua en la que se encuentran, en lugar de depender únicamente del oxígeno atmosférico. Este hallazgo podría tener implicaciones significativas en las estrategias de control de este vector de enfermedades.
El estudio, publicado en la revista científica Insects, llevó a cabo experimentos que sumergieron las larvas en agua dentro de frascos cerrados, sin acceso al aire atmosférico. Contrariamente a las expectativas, las larvas lograron sobrevivir durante varios días, demostrando su capacidad para obtener oxígeno disuelto en el agua.
Según Agustín Alvarez-Costa, uno de los investigadores involucrados en el estudio, este resultado desafía la creencia común de que las larvas de Aedes aegypti solo pueden respirar oxígeno atmosférico. El experimento también reveló que la temperatura del agua influye en la supervivencia de las larvas, viviendo más tiempo a temperaturas más bajas.
Además, se encontró que alrededor del 13% del oxígeno necesario para las larvas proviene del agua, mientras que el 87% restante lo obtienen del aire atmosférico. Estos hallazgos sugieren una capacidad de adaptación sorprendente en estas larvas, que pueden vivir hasta 50 días sumergidas en el agua en condiciones óptimas.
Este descubrimiento tiene implicaciones importantes para las estrategias de control del mosquito Aedes aegypti. Las medidas de prevención, como evitar la acumulación de agua en recipientes artificiales, podrían necesitar una revisión para abordar esta capacidad de las larvas para respirar bajo el agua.
El estudio también analizó la respiración atmosférica y acuática de las larvas del mosquito Aedes albopictus, conocido como mosquito ‘tigre’. Estos nuevos conocimientos sobre la biología de los mosquitos vectores podrían ser fundamentales en la lucha contra enfermedades transmitidas por ellos, como el dengue.
Este hallazgo destaca la importancia de la investigación científica en la comprensión y el control de enfermedades transmitidas por vectores, como el dengue, y subraya la necesidad de continuar investigando para desarrollar estrategias efectivas de prevención y control.