En la mañana de este miércoles, Mons. Juan Rubén Martínez habló con Radio TupaMbaé sobre los 40 años de democracia, además de la conmemoración de todos los santos y los fieles difuntos.
“Me parece bueno reflexionar y que agradezcamos que estamos viviendo la democracia hace 40 años, creo que es un motivo de alegrarnos, de meditar también cómo la vamos viviendo”, inició el diálogo Mons. Martínez. “No dudamos de que por los menos para nuestra cultura, donde estamos, es el mejor de los sistemas que conocemos hasta ahora. (…) Yo creo que todavía le debemos mucha madurez que implica la división de poderes, la importancia de la ciudadanía, obviamente del voto, pero no sólo, sino de tantas formas participativas que tienen que darse en un sistema democrático. Y decir la necesidad de que no podremos mejorar la democracia sin mejorar la educación. La educación es como un gran aporte a la madurez ciudadana y democrática”.
El obispo reflexionó que “la democracia requiere que nosotros velemos por ella, la cuidemos. Vivimos en América Latina, somos países emergentes. Y Argentina está ahí con un nivel de pobreza que es incomprensible en una realidad como la nuestra, maravillosa en tierras, en posibilidades. Ojalá que lo tomemos como un problema de Estado y tengan la capacidad, los unos y los otros de ver cómo se puede salir de esto. Hace falta la mesa, el diálogo, uno puede pensar de una manera o de otra, pero el problema que tenemos que resolver es la gente. Ponerse de acuerdo en temas fundamentales, para que sea un Congreso que debata, que piense diferente, pero llegue a consensos en cosas fundamentales”.
Respecto de las dificultades que acarrea la clase política en Argentina, el obispo expresó: “Uno puede decir que la avaricia que no es solamente es económica sino de poder, y a veces se prioriza ´mi proyección´ y no el bien común. Entonces cada uno calcula en orden a posicionamientos sin pensar en la gente. Y la soberbia es el peor de los pecados. Pero la verdad que no hay personalidades así, pero sí hay avaricia de poder, sobre todo. Obviamente que hay avaricia económica en Argentina, eso es un flagelo, la concentración económica”.
Y agregó, “en todos los ambientes hay avaricia. Entonces de pronto se supone que puede venir una inflación y ya se está guardando, escasean productos, hay una especulación excesiva que en definitiva nos daña a nosotros. Desaparecen las cosas del supermercado, las góndolas, todos especulan para sobrevivir, y eso es un flagelo que tiene que ser de otra manera planteado. Probablemente también por la incertidumbre de las decisiones. Creo que hay mucho que reflexionar, pero yo creo que hay que votar, el voto en blanco nunca ayuda, daña. Me parece que tenemos que participar».
Conmemoración de todos los santos y los fieles difuntos
“Hoy es un día muy lindo porque celebramos a todos los santos. La liturgia que es la forma de celebrar en la Iglesia, coloca dos espacios juntos: hoy el día de todos los santos y mañana el día de todos los difuntos”, señaló el obispo.
“Por una parte, hoy la Iglesia en Argentina pide por la canonización de todos los candidatos que la Iglesia argentina tiene como pedidos para ser beatos y santos. De hecho. En estos años hay que agradecer la figura el cura Brochero, el primer santo argentino que nació, vivió y murió acá; Artémides Zatti, un hermano salesiano, nació en Italia, pero de jovencito vino a la Argentina, y estuvo con los salesianos, enfermero; también es un motivo de agradecimiento la proximidad de la canonización de Mama Antula, va a ser santa en Argentina, se merece que se estudie, se lea la historia. Ella al papá y la mamá desde el vamos le dijo que ella no quería casarse y que tampoco iba a ser religiosa, iba a ser una laica consagrada. El papá se enojó mucho. Muy ligada a lo jesuítico, empezó a hacer toda una vida de peregrinación, iba caminando a muchos lugares, pasó por Córdoba, por Santa Fe, por Montevideo. Una mujer muy entregada, algunos la creían loca, loca por Dios en realidad. Y varios beatos que la Iglesia pide que recemos por ellos”, subrayó.
Finalmente, Mons. Martínez indicó que “la liturgia celebra a los que ya están con Dios, los santos que la Iglesia tiene esta potestad para la canonización, aunque mucha gente vive en santidad y no es canonizada, hay mucha gente buena. Y mañana por los difuntos pidiendo especialmente para que estén en la presencia de Dios. Esa liturgia va una con la otra. Asique nos unidos a nuestra gente, a que agradezcamos la santidad en la Iglesia, y que mañana pidamos por nuestros queridos difuntos, los cementerios se llenan, hay misas todo el día. Asique nos unimos a estas dos fiestas tan importantes: 1 y 2 de noviembre”.