La matrícula de egresados bajo esta modalidad se duplicó entre 2001 y 2022. El aumento fue del 128% en los últimos 20 años. La mayoría de quienes terminan de forma extendida son menores de 29 años. Las provincias donde más creció la graduación son Chaco, Jujuy, San Luis, Corrientes y Salta.
Entre 2001 y 2022, la cantidad de egresados de las escuelas secundarias para jóvenes y adultos creció un 128%. Uno de cada cinco egresados (19,7%), 4 puntos porcentuales más que en 2001, termina la escuela en esta modalidad, que recibe a quienes no concluyeron la escuela común. La matrícula de jóvenes y adultos creció un 12%, acompañando la expansión de este nivel educativo en todo el país.
Los datos surgen del informe “Terminalidad extendida: secundaria de jóvenes y adultos”, del Observatorio de Argentinos por la Educación, con autoría de Romina De Luca (investigadora del CONICET y coordinadora del área de Educación del Centro de Estudios e Investigación en Ciencias Sociales-CEICS), Martín Nistal y Eugenia Orlicki (Observatorio de Argentinos por la Educación). El documento analiza la evolución de la matrícula y el egreso en la educación de jóvenes y adultos, por edad, género y provincia.
Más del 90% de los jóvenes y adultos que cursan en esta modalidad asisten a escuelas de gestión estatal. Entre 2001 y 2022, la matrícula se expandió de forma más o menos constante. A lo largo de estos años, también se dio una progresiva feminización, tanto en la matrícula como en el egreso: las mujeres representan el 53% del alumnado. En cuanto a la edad, 7 de cada 10 estudiantes (71%) tienen menos de 29 años; un 13% de la matrícula tiene más de 40 años.
Aún hay una elevada proporción de la población destinataria de esta modalidad que sigue fuera de la escuela: solo en el rango etario de 18 a 29 años, hay 1.094.065 personas con secundaria incompleta.
Romina De Luca, coautora del informe, resalta que “2 de cada 10 egresados del nivel lo hacen en el circuito de educación permanente de jóvenes y adultos”. Y señala que el informe examina “aspectos claves de la modalidad tales como la evolución total de la matrícula, su desarrollo jurisdiccional, los cambios en la composición etaria, la feminización de la matrícula y la tasa de graduación total y por provincias”. El documento también advierte sobre “la necesidad de mejorar la sistematización de indicadores nacionales y provinciales, revisando las inconsistencias entre los mismos”, plantea De Luca.
Las provincias donde más creció la matrícula de jóvenes y adultos entre 2001 y 2022 fueron Jujuy (652%), Corrientes (554%), San Luis (444%), Chaco (259%) y Formosa (111%). Los jóvenes y adultos representan el 12% de la matrícula de la escuela secundaria a nivel nacional; esta proporción se ha mantenido constante en los últimos 20 años. Se ubican por encima del promedio nacional las provincias de Santa Cruz (21%), Neuquén (19%), Tierra del Fuego (17%), Mendoza (16%) y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (15%).
Chaco (960,9%), Jujuy (857,6%), San Luis (383,6%), Corrientes (357,9%) y Salta (291,1%) son las provincias donde más aumentó la cantidad de egresados de la modalidad de jóvenes y adultos entre 2001 y 2022. Solo en Río Negro (-18,7%) cayó la graduación en este período.
Ramiro Rojas, docente en esta modalidad educativa, afirma: “Creo que es un buen aporte poder dimensionar el crecimiento en el egreso. Esto nos lleva a realizarnos preguntas tanto al interior de las instituciones como para las políticas públicas, que inviten a movilizar acciones para la mejora en la enseñanza y los aprendizajes de nuestros destinatarios”.
Agustina Persoglia, Directora Ejecutiva de Fundación Uniendo Caminos, destaca “Es clave orientar y guiar al adulto que decidió volver a la escuela, es una forma de intentar acortar la brecha de abandonos reiterados. En Uniendo Caminos, desde el 2018 a través de “Mentorías Educativas” acompañamos a más de 7.000 jóvenes y adultos de todo el país que quieren terminar sus estudios primarios o secundarios. Coincidimos en la necesidad imperiosa de mejorar y ampliar el registro y medición de datos para poder hacer un análisis de situación eficiente que permita ajustar las propuestas educativas o diseñar nuevas, a medida de las necesidades y realidades de los jóvenes y adultos”.