Al Gobierno le queda un margen de déficit fiscal de apenas $121.000 millones hasta diciembre


El Staff Report de la última revisión del Fondo modificó las metas cuantitativas sólo en función del aumento de la inflación, que estima en 120% para así mantener la proporción sobre el PBI en 1,9%. Pero el cálculo se quedaría corto.

Superado el primer semestre, cuando impactó de lleno la caída de recursos fiscales debido a la sequía, el Fondo Monetario Internacional (FMI) le concedió al Gobierno argentino actualizar las metas cuantitativas del déficit fiscal en función exclusiva de la inflación, es decir, sin hacer un ajuste por encima de lo que ya se venía trabajando hasta el momento. Es decir que, con números nominalmente más elevados, se mantiene el 1,9% del PBI.

El problema es que el Staff Report prevé una inflación del 120% a diciembre, año contra año, y esa cifra es lo que está en duda. A julio de este año, según estima el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) el déficit acumulado era de $2,215 billones y el objetivo debería ser de $2,336 billones a fin de año. Es decir, queda un margen de solo $121.000 millones.

“El aumento de la meta para finales de septiembre es de sólo 8,9% y la meta para finales de diciembre, de 10,6%. Estos aumentos lucen insuficientes”, plantea el CEPA. El centro de estudios sostiene que “en el mismo documento, el fondo sugiere que para alcanzar la meta de déficit fiscal de 1,9% del PBI será necesario implementar medidas que generen más ingresos para compensar las pérdidas en derechos de exportación debido a la sequía”.

Algunas de esas medidas ya se implementaron y mostraron el efecto de crecimiento de la recaudación. Se trata de la generalización del Impuesto PAIS del 7,5% a la mayoría de las importaciones. Con ello, se volvió después de un año a tener un crecimiento real de la recaudación fiscal.

Según estimó la consultora Sarandí, el déficit fiscal a julio llegó al 1,35% del PBI, de modo que para todo lo que resta del año le quedaría a Sergio Massa un margen del 0,55%. La consultora señala que después de la revisión del FMI el gasto consolidado se corrigió un punto al alza, donde se destaca el mayor peso de la asistencia social (0,4 puntos), los salarios públicos (0,3) y los subsidios por los servicios públicos (0,3).

“El cierre fiscal viene dado por el pilar de los ingresos, con una mayor expectativa de recaudación impositiva (0,4 puntos del PBI), recursos de la seguridad social (0,3) y otros ingresos no impositivos (0,3). “Con todo, los primeros ocho meses del año no quedaron encuadrados en términos fiscales”, señala Sarandí.

Otro elemento que se suma para determinar el cumplimiento de las metas es el cálculo del PBI. Según indicaron economistas, por lo menos hasta julio, el Fondo estuvo trabajando con uno de $170 billones mientras que el Gobierno estaría trabajando con uno más pequeño. Algunos privados hacen estimaciones con $174 billones.

Según señaló Letcher, aunque el FMI se niegue a admitir que la mayor parte del problema de 2023 fue la sequía, más que los desatinos del Gobierno, “en el mejor de los casos podría reconocer la inflación”. Es decir, podría dar por cumplidas las metas si las estimaciones de las nuevas medidas se hubieran quedado cortas.

Por caso, Sarandí, al igual que otras consultoras privadas, estiman que la inflación de 2023 será del 155%. Letcher, en cambio, plantea que “no va a llegar a ese nivel”. Además de ser complicado anticipar el escenario que habrá en los próximos cinco meses, el titular del CEPA considera que el contexto electoral añade mayor incertidumbre.