En primer lugar, el docente, mencionó que “fue un trabajo largo que comenzó en primer grado en tiempo de pandemia, y que fue un proceso muy significativo en el cual, le daba muchas actividades en base a la lectura, que era lo más cercano que ellos tenían. En realidad todos los del grado son muy buenos escritores, y cuando llegaron a tercero, ya tenían un gran nivel; pero el que más se destacó siempre fue Bauti porque desde chico le gustaba mucho la escritura”.
En cuanto a cómo surgió todo esto, indicó que “un día tuvimos una actividad donde ellos decían qué les gustaría hacer de grande, donde Bauti dijo que quería ser escritor y músico. En otra ocasión charlando, le dije cómo se hacían los libros y que le podía ayudar si quería, en lo que él respondió que sí y ahí comenzó la historia”.
Asimismo, el trabajador de la educación manifestó que “el libro consiste en un cuento de un científico que crea una gema dorada que tiene el poder de convertirse en persona, en una niña. Y que para evitar que un mal la encuentre se esconde la gema y «Marcos» que es un personaje principal del libro la encuentra y ahí se comienza a desarrollar una historia muy linda”.
Bórquez, destacó que “Él (por Bautista), quería que el libro sea una sorpresa para su mamá y su papá. Le regalé un agenda marrón donde él escribía en su casa escondido y yo le corregía en la escuela”.
“Sus compañeros le ayudaron mucho, hicieron rifas para poder publicar el libro; la primera tirada fueron de 50 libros por una editorial de acá”, añadió.
En relación a la presentación del libro de Butista Martínez en la Feria Internacinoal del Libro, que se llevará a cabo en Buenos Aires, el maestro Bórquez expresó que “tienen pensado llegar el 3 de mayo, y que es una experiencia única en la que va a representarnos como provincia, siendo el escritor más chico. Además, Bautista ya está pensando en hacer la segunda parte de «El dragón y la gema dorada», así que sigue con la escritura”, decretó.
El maestro Federico Antonio Bórquez tiene casi 11 años de experiencia y pone mucho empeño en hacer que sus alumnos logren sus objetivos. Su primera hazaña fue enseñarle a su grupo a leer durante el año de virtualidad. Conforme avanzaban, les asignaba actividades de lectura y escritura.
Al descubrir que los textos de Bautista Martínez eran algo más que el cumplimiento de una tarea, el profesor lo llevó a una biblioteca, le explicó cómo se hacen los libros, cuánto trabajo implicaba convertirse en escritor y lo animó a completar el suyo. El pequeño asumió el reto.
Bórquez asumió la responsabilidad de contactar a los colaboradores. También hizo sugerencias en el proyecto, como la de invitar a los compañeros a que ilustraran la historia, pero Bautista siempre tuvo la última palabra. “Había que seguir lo que él decía y yo lo respetaba porque era su libro”.
Ahora, Bautista Martínez, el alumno “despierto y muy crítico con todo lo que hace”, está en cuarto grado y tiene un profesor nuevo, pero le pidió a Bórquez que se convirtiera en su aliado para crea la segunda parte de El dragón y la gema dorada y él aceptó con gusto. Acordaron reunirse durante el recreo para afinar los detalles.